Tenemos quince años
únicamente.
Dice la ONU que el mundo
tiene tan solo 15 años para evitar una catástrofe ambiental, y hace un llamado
de emergencia para activar un cambio en la política ambiental de los gobiernos
y en el campo tecnológico; ya que solo actuando de esa manera, podremos evitar
que el calentamiento global supere los dos grados centígrados que los expertos
han señalado como límite, de lo contrario debemos atenernos a graves
consecuencias.
Pero existe una pequeña
esperanza, aun podemos revertir los
daños si usamos métodos especializados y modificamos conductas ciudadanas;
acciones cotidianas que bajarían las emisiones de gases efecto invernadero, entre
un 40 y un 70 por ciento para mediados de siglo, en comparación con 2010, y
casi a cero para finales.
No es un sueño es una
realidad, tenemos muchos caminos diferentes a nivel tecnológico, que si no los
usamos marcamos el retraso. Y lo que es peor, al dejar para más tarde la
aplicación de estas técnicas, el coste sería mayor y las técnicas más
peligrosas. Estas medidas van desde la reducción de emisiones en todas las
actividades humanas: la industria, transporte, agricultura, vivienda; el frenar
de inmediato la deforestación y fomentar la reforestación; así como promover el
cambio radical en el estilo de vida de los habitantes tanto en el campo como en
la ciudad.
Los científicos alrededor del
mundo laboran a la velocidad que exige la deprimente situación del planeta, decretan
el uso inmediato de energías limpias y renovables y la prohibición de toda
energía fósil. Desgraciadamente las negociaciones políticas divididas en los
congresos continúan estancadas, esperan “milagros tecnológicos” a futuro que
pongan fin al desastre ecológico, que el hombre mismo ha propiciado.
Se ha pedido de mil maneras a
los países industrializados, que reduzcan sus emisiones de gas contaminante y
que apoyen económicamente, a los países pobres para que adopten nuevas técnicas
ecológicas (celdas solares), y se adapten al efecto del cambio climático. Este
mensaje de la ONU es para despertar conciencias y deja claro que el principal
problema, no son los escasos conocimientos y herramientas, sino la falta de voluntad de los países dominantes.
En nuestros días, las
técnicas para contrarrestar el cambio climático son mucho más baratas, fáciles
de conseguir y eficaces que hace diez años. Si las aplicamos podemos reducir la
contaminación y aumentar las oportunidades financieras, ya que el mercado mundial
de energía limpia es ahora el mejor de los negocios.
El Ébola es una epidemia que
está diezmando a la población del continente Africano, no es viral y se origina
por falta de higiene, agua potable, educación, servicios de salud, y
desnutrición total. Detengamos el paso y observemos nuestro entorno… ¿Cuánto
tiempo deberá pasar para que aquí suframos esas carencias? Vamos a “mover a
México”, juntos gobierno y ciudadanos organicemos en colonias, escuelas y
hogares, campañas que nos garanticen en el presente y futuro un ambiente limpio
y saludable.
Antonieta B. de De Hoyos agosto
23/14
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