martes, 30 de mayo de 2017

Día mundial del medio ambiente
Por Antonieta B. de De Hoyos                                        junio 3/17

Buscando algún artículo relacionado con esta fecha, que fue establecida por la  Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1972, y que se celebra desde 1973 el 5 de junio de cada año, encontré lo siguiente:
“La Ecología Profunda”, es una guía filosófica y práctica que se opone a la destrucción de la naturaleza por el materialismo y el consumismo y sostiene que la humanidad debe cambiar su dañino estilo de vida, o se destruirá a sí misma, al Medio Ambiente y al resto de los seres vivos.
Algunos activistas, la apoyan y la utilizan como base para el crecimiento personal y colectivo, valiosa información, que invita a relacionarse y a identificarse con todo ser vivo. 
Esta práctica protege a otras especies y ecosistemas y por formar parte de la Naturaleza, a nosotros también. Se opone rotundamente, al lucro y la destrucción del mundo natural, por ejemplo: cuando se explota al máximo los recursos no renovables como en el “fracking” y,  a que no se valore en su dimensión el impacto humano. 
Llama a la cordura, a desechar codicias y malos hábitos, de lo contrario seguiremos destruyendo la biodiversidad y la humanidad entera.
La “EcologíaSuperficial”, la que vive el mundo actual en su mayoría, es una forma muy simple de ambientalismo, típica de las sociedades que no desean comprometerse con firmeza, y que siguen pensando que el ser humano, es un ser superior que puede hacer uso de los recursos sin remordimiento de conciencia, por el simple hecho de ofrecer soluciones tecnológicas.
Las generaciones jóvenes deben reconocer estos ocho principios ya universales, sin distinción de filosofías, políticas o religiones.
1.- Todas las criaturas en la Tierra tienen su propio valor. 
2.- La diversidad de los seres vivos, desde el más simple al más complejo, contribuye a 
    la riqueza de la vida.
3.- Los seres humanos, deben utilizar a otros seres, sólo para satisfacer sus necesidades    
    más básicas.
4.- La salud y supervivencia de los no humanos, depende de la disminución del número
    de seres humanos.
5.- La interferencia humana con el mundo y su Medio Ambiente, es excesiva y tiende a 
     empeorar.
6.- La política humana (economía, tecnología e ideología) debe cambiar radicalmente.
7.- La calidad de vida es más importante que el nivel de vida.
8.- Toda persona que crea en estos puntos, debe trabajar por el cambio.

Desafortunadamente existe un gran número de adultos que los desconocen, razón por la que no incentivan el cuidado del medio ambiente, y continúan creyendo que el cambio climático, es una falsedad.

A costa de lo que sea, hay que conservar nuestro entorno, no podemos permitir que el agua líquido vital, se malgaste para diversión de privilegiados. 

jueves, 25 de mayo de 2017

No tengas miedo al fracaso.
Por Antonieta B. de De Hoyos                      5/27/17.
Algunas personas le tenemos tanto miedo a fracasar que mejor no nos arriesgamos,  y es en ese error, que dejamos pasar la vida y con ella, las más hermosas experiencias que hubiéramos imaginado vivir.
A veces es una palabra la clave de nuestro esfuerzo, otras es un escrito, la mas de las veces es nuestra conducta, de manera inesperada nos damos cuenta de que caminamos en una falsa convivencia, que nos obliga a permanecer donde no queremos estar.
Para algunas personas, el temor al fracaso es el más terrible obstáculo, recuerdo que hace unos años leí que el peor error que puede cometer un hombre o una mujer, es el de no hacer nada.
El fracasar, es un proceso natural que nos permite recopilar experiencias para volver a intentarlo, la calidad y la cantidad de éstas, son la base para alcanzar el éxito y entre más rápido las acumulemos, más pronto encontraremos nuevas salidas y tendremos mejores resultados para volver a empezar.
Es difícil, pero no imposible eliminar ese temor que nos impide reconocer errores y realizar cambios  en lo acostumbrado. 
Pensar en lo que se hizo y el por qué no dio el resultado esperado, es una actitud muy positiva. 
Para muchos el fracaso es energía negativa pero no debemos darnos por vencidos, es el momento preciso para dar un paso atrás y observar detenidamente lo que hicimos, ajustar ideas, volver a planear y reactivarnos, aquí es cuando debemos pedir al Creador la fortaleza que nuestro espíritu necesita para no quebrantarnos.
¿Acaso es el miedo a perder la posición social, financiera o familiar alcanzada lo que nos detiene? o, es el ¿qué dirán? Los fracasos son parte de la vida misma, es  una forma de crecer como persona y alcanzar la madurez, si somos como somos, y estamos aquí, es gracias a las experiencias buenas o malas que pasamos. 
Cuando se fracasa, se acepta un gran reto: ¡volver a empezar! jamás olvidemos que siempre habrá otra oportunidad para levantarnos con la cabeza erguida y continuar con más bríos el camino, las personas seguras de sí mismas a pesar de los fracasos siguen adelante.
Cuando los momentos tristes nos lleven a llorar, recordemos que tenemos muchísimas  razones para sonreír, basta con que miremos a nuestro alrededor para sabernos triunfa- dores. Seamos optimistas, aprendamos de los abuelos, vivamos cada día como se presente y siempre con la esperanza de que mañana será mejor. 
Alejémonos de los pesimistas, de esos que piensan que en los momentos malos lo mejor es no hacer nada. 
Pidamos a Dios su sabiduría, para que con entusiasmo iniciemos esas actividades que nos llevarán al éxito, y si no sucediera así, reconocer con alegría que contamos con la fuerza de voluntad suficiente para recomenzar.

“El fracaso es parte de la vida; si no fracasas, no aprendes y si no aprendes, no cambias.”  Paulo Coelho de Souza.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Enseñar a defender su cuerpo.
Por Antonieta B. de De Hoyos                                           Mayo 20/17.
Debido a las circunstancia del mundo moderno es impostergable enseñar a nuestro hijos a defender su cuerpo, conocimientos que deben aprenderse en casa, y que los jóvenes y adultos en general deben asimilar para comunicarlos en el momento que sea preciso.
Las víctimas de abusos sexuales van en aumento, por eso es indispensable enseñarles algunas reglas como prevención, o para que nunca más se repita. Esta información la recopiló Fabiana Santos, periodista, madre de Alice, de 5 años, y de Felipe, de 12, ellos viven en Washington DC. 
El año pasado, para ser voluntaria en la escuela de su hija, necesitó hacer un curso para reconocer e informar de abusos o negligencias cometidos a algún niño. Este curso es obligatorio y gratuito, en gran parte de los distritos escolares estadounidenses, información al servicio de la comunidad que no debe tomarse a la ligera. 
Hay que estar alertas, convencidos de que ningún consejo al respecto es inútil, siempre será mejor prevenir que lamentar, por  eso nos ofrece los siguientes pasos:
1.- El niño debe entender que su cuerpo le pertenece, que nadie tiene derecho ni jugando, a tocarlo, mucho menos obligarlo a dejarse tocar. Cuidado con los besos y abrazos sociales exagerados, si se puede es mejor no acostumbrarlos, mucho menos a aceptarlos de desconocidos o poco conocidos. Un niño no puede ser obligado a tener contacto físico con quien no quiere. 
2.- El niño, necesita tener la certeza de en quién confiar: en papá, mamá, los abuelos, la profesora, quienes sean; lo importante es que los tenga identificados, dejándole bien claro a quién puede recurrir y confiar, si algo raro sucediera.
3.- ¡NADIE! Puede tocar sus partes íntimas, es elemental que los niños lo sepan, como tampoco tocar las de otros, ¡NADIE! debe tomarle fotos a sus genitales ni mostrarle esa clase de fotos, si algo así sucediera tiene que estar seguro a quien debe recurrir.
Él, debe saber que no puede tener secretos con nadie que le pida no contar algo, y menos si ese algo lo hace sentirse mal. Es necesario convencerlo de que hable con alguien de su grupo de personas de confianza, sobre ese secreto.
4.- Los padres, deben aclararles a los hijos, que ningún adulto conocido o desconocido pide ayuda a un niño, sea en la  escuela, en la calle o en el parque, debe grabársele en su mente que los “adultos no necesitan ayuda de los niños”. El adulto, pide ayuda a otro adulto. 
De esta manera el niño no titubea y dicen ¡NO! con firmeza, aunque los padres les hayan enseñado a ser amables. Es la única manera de que si alguien le habla en esa forma, jamás crea en esa persona.

A lo mejor en tiempos pasados esta orientación no hubiera sido necesaria porque mamá y la familia entera los custodiaban pero en la actualidad, nuestros niños y adolescentes deben saber de qué y de quien deben cuidarse cuando se encuentren solos. 

miércoles, 10 de mayo de 2017

Hoy hablaré de mis padres.
Por Antonieta B. de De Hoyos                             mayo 13/17
Mis hermanos y yo tuvimos la buena estrella de nacer bajo la tutela de un matrimonio de profesores normalistas, aunque mi padre haya ejercido tan solo unos cuantos años, antes de entregarse por completo a sus negocios en la Agencia Aduanal de su propiedad. 
Mamá en cambio, laboró en la ciudad de Saltillo durante su soltería, pero al casarse decidió dedicarse por entero a las tareas del hogar. Fueron muchos años después, cuando yo ya era una adolescente, que se reintegró a la docencia.
Por esas prisas de la vida, no valoré lo suficiente sus amplios conocimientos, tanto en las normas de urbanidad como en la cultura general, lo que si sabía, es que todo lo que no alcanzaba a comprender, ellos de inmediato disipaban mi duda.
Recuerdo que papá platicaba que habían sido entre dos y tres años los que dedicó al magisterio, pero que ese tiempo le bastó para guiar en la formalidad a sus alumnos.  Mamá se desempeñó poco más de quince, hasta que se retiró con media jubilación.
Cuando regresé con mi título de educadora, fue cuando me di cuenta de lo que amaba su profesión, para ella no fue un empleo común, era su misión de vida. Los sábados recibía en el portal de la casa, al alumno que necesitara ponerse al corriente en sus materias, especialmente en aritmética y gramática; entre semana durante las horas de recreo o un poquito después de la salida, no faltaba algún alumno que le solicitara ayuda a lo que ella correspondía con gran esmero.
Por los amables comentarios de agradecidos padres de familia, comprobé su auténtico  profesionalismo y aún ahora, cuando sus discípulos son ya abuelos, la mayoría la recuerdan  con especial cariño, lo que me lleva a considerar que enseñar al que no sabe, es el más bello de los apostolados.
Fueron pocas las veces que mamá tuvo que aceptar que alguno de sus alumnos reprobara, y creo que en esas esporádicas ocasiones su corazón se llenó de tristeza. 
Me siento muy orgullosa de mis padres como profesores y como seres humanos, los dos poseían una educación de calidad, por eso en nuestro diario vivir nos trasmitieron el sentido de la responsabilidad, la puntualidad, la veracidad, la honradez a carta cabal, pero sobre todo el deseo de vivir y  servir a nuestros semejantes.
Es muy importante la preparación profesional, pero mucho más importante es la formación en valores que se reciba en su casa, muchos años antes de la graduación. 
Sin llegar al fanatismo nos hicieron ver la presencia divina, nos enseñaron a caminar evitando lastimar, y en lo posible ofrecer ayuda.

El desaliento hace que la gente generalice, en cuanto al comportamiento de los profesores (as) y no debe ser así, sabemos que en “la viña del Señor hay de todo”, por eso, como padres de familia tenemos que apoyarlos, reconocer su entrega, y si fuere necesario, pues ni modo, también amonestarlos. ¡Felicidades profesores!

viernes, 5 de mayo de 2017

La sabiduría de mamá.
Por Antonieta B. de De Hoyos             5/6/17
Es tanta la información y desinformación que recibimos en la actualidad, que a veces tenemos la impresión de que no nos conocemos, por eso ingenuamente seguimos los reglas que otros indican, a pesar de que la mayoría de las veces no nos agraden y lo que es peor, no pasan ni 24 horas en que éstas ya han sido modificadas.
La cadena generacional soltó un eslabón, los jóvenes de pronto miraron con indiferencia la conducta de mamá, borraron la línea que separa el bien del mal, la novedad los deslumbró y nadie se dio cuenta de que eran manipulados por personas sin escrúpulos, a través de las redes sociales y los diferentes medios de comunicación. 
Ahora, después de casi cuatro décadas de desengaños, la generación femenina recién llegada aun no comprende lo que sucede; miran hacia atrás y contemplan asombradas la manera en que las mujeres de antaño organizaban su hogar, con pobreza quizás, pero con la honradez y la tranquilidad de conciencia, que le daba solidez a su matrimonio. Las jóvenes hoy quieren ser felices de verdad, no bajo la influencia de alcohol ni drogas, les urge disfrutar de la vida buena, pero saben que para lograrlo, necesitan retomar algunos de los viejos consejos de mamá, por ejemplo:
Descarta todo aquello que acarree tristeza, dolor, estrés y sufrimiento, a través de la oración, la reflexión, el perdonar  y perdonarte. Fortalece el espíritu lo suficiente como para ir al encuentro de los sueños, los tropiezos deberán ser guardarlos como valiosas experiencias, en el baúl de los  recuerdos.
Es indispensable quitar de la mente el controlar a los demás, aunque te mueva el noble deseo de que nadie fracase y no olvides que de los errores se aprende, por eso una buena madre sí conseja a sus hijos, pero luego los deja libres para elegir, a pesar del dolor que pudieran causarle. Por experiencia propia, sabemos que la fe alivia en la adversidad y que jamás debemos tomar como nuestras, las responsabilidades ajenas. 
Hay que dejar de lado la mala costumbre de imponer ideas, porque así solo se provocan resentimientos, es mejor dejar pasar para no dañar y convencerse de que discutir avejenta y altera el carácter, además, de que si estás en lo correcto, pronto se sabrá. Ya no se vale fingir para que otros te quieran, porque la autenticidad va en auge. Quéjate poco, de lo contrario te convertirás en una quejumbrosa condenada a la soledad.
Recuerda que todos en la familia merecen ser felices, y que para lograrlo deberás esforzarte en criticar menos y perdonar más. Urge aceptar el paso del tiempo con sus cambios y que tarde o temprano envejeceremos. Por eso del ayer, añora lo más bello y hoy, siéntete muy orgullosa de lo que estás viviendo. No te apegues a nada, todo es pasajero, solo el inmenso amor de Dios, es para siempre.
¡Feliz día de las madres!