jueves, 25 de mayo de 2017

No tengas miedo al fracaso.
Por Antonieta B. de De Hoyos                      5/27/17.
Algunas personas le tenemos tanto miedo a fracasar que mejor no nos arriesgamos,  y es en ese error, que dejamos pasar la vida y con ella, las más hermosas experiencias que hubiéramos imaginado vivir.
A veces es una palabra la clave de nuestro esfuerzo, otras es un escrito, la mas de las veces es nuestra conducta, de manera inesperada nos damos cuenta de que caminamos en una falsa convivencia, que nos obliga a permanecer donde no queremos estar.
Para algunas personas, el temor al fracaso es el más terrible obstáculo, recuerdo que hace unos años leí que el peor error que puede cometer un hombre o una mujer, es el de no hacer nada.
El fracasar, es un proceso natural que nos permite recopilar experiencias para volver a intentarlo, la calidad y la cantidad de éstas, son la base para alcanzar el éxito y entre más rápido las acumulemos, más pronto encontraremos nuevas salidas y tendremos mejores resultados para volver a empezar.
Es difícil, pero no imposible eliminar ese temor que nos impide reconocer errores y realizar cambios  en lo acostumbrado. 
Pensar en lo que se hizo y el por qué no dio el resultado esperado, es una actitud muy positiva. 
Para muchos el fracaso es energía negativa pero no debemos darnos por vencidos, es el momento preciso para dar un paso atrás y observar detenidamente lo que hicimos, ajustar ideas, volver a planear y reactivarnos, aquí es cuando debemos pedir al Creador la fortaleza que nuestro espíritu necesita para no quebrantarnos.
¿Acaso es el miedo a perder la posición social, financiera o familiar alcanzada lo que nos detiene? o, es el ¿qué dirán? Los fracasos son parte de la vida misma, es  una forma de crecer como persona y alcanzar la madurez, si somos como somos, y estamos aquí, es gracias a las experiencias buenas o malas que pasamos. 
Cuando se fracasa, se acepta un gran reto: ¡volver a empezar! jamás olvidemos que siempre habrá otra oportunidad para levantarnos con la cabeza erguida y continuar con más bríos el camino, las personas seguras de sí mismas a pesar de los fracasos siguen adelante.
Cuando los momentos tristes nos lleven a llorar, recordemos que tenemos muchísimas  razones para sonreír, basta con que miremos a nuestro alrededor para sabernos triunfa- dores. Seamos optimistas, aprendamos de los abuelos, vivamos cada día como se presente y siempre con la esperanza de que mañana será mejor. 
Alejémonos de los pesimistas, de esos que piensan que en los momentos malos lo mejor es no hacer nada. 
Pidamos a Dios su sabiduría, para que con entusiasmo iniciemos esas actividades que nos llevarán al éxito, y si no sucediera así, reconocer con alegría que contamos con la fuerza de voluntad suficiente para recomenzar.

“El fracaso es parte de la vida; si no fracasas, no aprendes y si no aprendes, no cambias.”  Paulo Coelho de Souza.

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