miércoles, 25 de octubre de 2017

Una vida saludable reduce el riesgo de cáncer. 
Por  Antonieta B. de De Hoyos                      oct/28/17.
    Aunque no se ha establecido una relación directa entre la dieta y el riesgo de cáncer, la mayoría hemos optado por comer alimentos saludables como verduras, frutas y legumbres, porque sabemos que nos ayudan a controlar el peso.
   Los científicos, indican que el riesgo de padecer cáncer de mama del tipo invasivo, disminuye considerablemente entre mujeres físicamente activas, y reduce entre un 40 y 70% el riesgo de cáncer de colon en todas las personas, si se ejercitan regularmente. 
Lo mejor es reducir al máximo el consumo de tabaco y las bebidas alcohólicas. Se acabaron las ¨Happyhours¨, no más horas felices en elegantes bares, si se desea vivir con menor riesgo.
   De acuerdo a las más recientes investigaciones, algunas personas por predisposición genética pueden llegar a padecer este cáncer, aunque se considera que un estilo de vida saludable lo puede neutralizar y lograr así una vida sana y longeva. 
La verdad es que estos consejos ayudan mucho, siempre y cuando se esté convencida de dar un giro radical, a la existencia desgastante acostumbrada.
   Para impedir la aparición de cáncer de piel, basta evitar hasta donde sea posible, la exposición al sol durante las horas del mediodía, durante todo el año, sobre todo en los meses de más calor. Está comprobado que hacer deporte, caminatas y rutinas en el gimnasio, ayudan a prevenir las enfermedades coronarias, embolias y diabetes tipo 2, aleja la depresión, disminuye la obesidad y ofrece óptimas condiciones al buen  funcio- namiento del pensamiento, en adultos mayores.
   Consumir alimentos ecológicos y orgánicos bajos en calorías y beber mucha agua, es lo ideal. Se descartan las bebidas azucaradas, edulcoradas y energéticas, también la comida chatarra, enlatados y procesados con conservadores.
   En cuanto a las proteínas, se recomienda comer pescado en abundancia, el consumo moderado de aves de corral y limitar lo más que se pueda las carnes rojas, lácteos procesados y  embutidos. Los panes y pastas deben ser integrales.
   ¡No al tabaco y al alcohol¡. Fumar origina el 80% de los cánceres de pulmón y el más difícil de tratar, que provoca la muerte a miles de hombres y mujeres, además de que aumenta el riesgo de padecer otros canceres como: el de esófago, boca, garganta, recto, estómago, hígado, vejiga, riñones y páncreas. Cambiar vicios por hábitos no es fácil, pero con voluntad y fe se fortalece el espíritu y se sale avante
   Jamás olvidemos la importancia de las emociones, ellas controlan la salud de nuestro organismo. De  aquí en adelante no más envidias, odios, rencores, ni venganzas. Lo que pasó es pasado, dejemos que la justicia divina se ejerza. Disfrutemos las cosas bonitas que tenemos a la mano, hagamos el bien sin saber a quién, amemos con intensidad, gocemos lo mucho, o lo poco que la vida nos ofrezca…! Aprendamos a vivir a plenitud!








martes, 17 de octubre de 2017

De verdad, que és difícil.
Por Antonieta B. de De Hoyos                               10/ 21/17
   Dicen los que saben, que el mundo de hoy es bastante catastrófico, conflictivo, a veces tan espantoso que provoca terror; lo peor es que hacemos muy poco por modificarlo. Los seres humanos, somos por naturaleza religiosos respecto al credo y conocimientos dogmáticos de una entidad divina; lo que incluye creencias, ritos y prácticas. También sabemos que toda religión tiene como único fin el bien, la moralidad, el hacer las cosas  correctas y la caridad, sentimiento que nos invita a amar al prójimo.
   En México, una mayoría de la población somos católicos, otro gran porcentaje es cristiano, y el resto manifiesta diferentes doctrinas, pero todas persiguen lo mismo: alcanzar la grandeza humana que nos asemeje a Dios. El problema es que en las prisas y compromisos, nos olvidamos de esos maravillosos principios,  y sin darnos cuenta nos alejamos de lo que debe ser la vida diaria en una sociedad de calidad, dejamos de        fomentar la cultura de la familia y de la comunidad como iglesia.
   Los liberales, los políticos y los ideólogos, tratan de imponer la libertad de género, el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, (aborto y preferencias  sexuales) y otra serie de “libertades”, que no van de acuerdo con la libertad de culto religioso en las escuelas.
   No es bueno para el niño ni para el joven, estar en medio de dos mundos, el que tiene de formación espiritual en casa, y el que recibe en la escuela. Por supuesto que existen  instituciones que unifican, pero la mayoría de las veces se ven obligadas a disimular esta formación, por exigencia de los gobiernos.
   La sociedad actual quiere libertades, quiere derechos, exige tolerancia, demanda respeto, pero la verdad es que en la medida en la que el ser humano se aleje de la moral, de la religión, de las creencias naturales, jamás alcanzará su perfección y se involucrará en graves problemas.
   Hay que aceptar que por negligencia, hemos perdido la fuerza y el ejemplo que se requiere para promover las virtudes humanas y espirituales, por eso la familia y la iglesia ya no son atractivas, ni necesarias, ahora a nadie le interesa aprender a vivir en armonía, desde el niño hasta el anciano odian todo lo relacionado con reglas.
   Lo curioso es que Dios si es indispensable y lo buscamos siempre, por todo y para todo, hasta los ateos lo imploran en algún momento. Esa es la incongruencia, “Dios sí nos es indispensable”, pero las instituciones que lo mencionan no, por eso buscamos pretextos y culpables para desechar lo importante y preferir lo pasajero.

Hoy, nos aterra comprometernos, formar  una familia, conservar una única pareja, tener vocación religiosa, ser participativo en la iglesia. Resulta más divertido vivir en el despilfarro y la violencia, aunque después suframos las consecuencias. De verdad es difícil, pero tenemos que formar personas integras y comprometidas que salven al mundo. 

miércoles, 11 de octubre de 2017

 ¿De qué manera amas a tus hijos?
Por Antonieta B. de De Hoyos.                                                         Octubre /14/17                        
   Tus hijos no tendrán éxito gracias a lo que hayas hecho por ellos, sino a lo que les hayas enseñado a hacer por sí mismos, en sus primeros siete años de vida. Esta es una reflexión que me impactó, porque por lo regular los padres nos sentimos muy orgu- llosos, de lo que durante años hemos hecho por los hijos, unos hasta se ufanan de haber sacrificado su juventud y madurez, al servicio de ellos.
   Con las prisas de la modernidad, por el afán de tener y parecer, nos olvidamos de qué, más importante que los bienes materiales, son los valores morales y religiosos que les hayamos inculcado. Si en tiempos pasados nos sorprendía y hasta molestaba, ver algunos niños y adolescentes comportarse mal en los lugares públicos, en la actualidad esa cantidad se ha multiplicado y lo peor, es que los padres y la sociedad entera acepta- mos estas faltas como parte de la modernidad que nos agobia.
   Hemos llegado al colmo de la permisividad, ya vemos como natural que estos niños y jóvenes sean agresivos, groseros, vanidosos, ambiciosos: libertinaje que conduce al temido bullying. Creemos que esta conducta es consecuencia de lo que ven en el internet, la tele y películas, corriente imposible de parar, que desalienta a los padres y los vuelve pasivos, a veces hasta complacientes. No los regañan, porque ignoran como disciplinar- los.
   En la actualidad, miles de adolescentes caen en drogas, desobedecen a las autoridades, son encarcelados y llevados a correccionales, a centros de rehabilitación donde intenta- rán corregir las malas costumbres y la carencia total de vida espiritual.
   Para nuestro infortunio, mueren prematuramente en enfrentamientos con la policía al involucrarse en bandas delictivas y por sobredosis, provocando un terrible dolor a los familiares.  
   Hoy la moda es exigir libertades y derechos, pero se  olvida que para garantizarlos se  requiere haber crecido dentro de una vida de calidad, esa que solo se logra gracias a la buena educación recibida desde la cuna. Es preciso educar al niño, para que no llore el hombre.
   Algo que a simple vista carece de importancia como: tender su cama, recoger su ropa y juguetes, ayudar en los quehaceres de la casa, cumplir con sus tareas escolares, respe- tar a sus maestros y adultos mayores, aprender a obedecer con gusto las órdenes recibidas, parecen acciones comunes, pero en realidad son vitales para que una persona crezca en armonía y viva una juventud y madurez libre de problemas.

   El mal comportamiento de los hijos, afecta a la sociedad entera, urge que aprenda las reglas de cortesía que les permitan una sana convivencia. 
Hay dos injusticias que un hijo puede sufrir: “recibir un castigo por algo que no cometió, o salirse con la suya a pesar de que ha actuado mal”. 

miércoles, 4 de octubre de 2017

Las Siete Reglas del Gallo.  
Por Antonieta B. de De Hoyos.  10/7 /17   
                                                                                                             
   Hoy, es uno de esos días en los que te sientes feliz sin saber por qué, por eso al sentarme frente a mi computadora, me encontré con este artículo que me hizo sonreír aún más.
   Comienza enfatizando que nunca debemos de decir que no servimos para nada, primera frase que me fascinó, porque todos debemos estar convencidos de que para Dios todos servimos, aunque no sea siempre para lo mismo. Por eso, si Dios empleó a un simple gallo para recuperar a un misionero como Pedro, con mayor razón puede usar a cualquiera de sus criaturas, incluidos nosotros para lo que necesite. Pero lo que más me  sorprendió, es que en este pequeño artículo se refiriera únicamente a siete reglas y que éstas se le  adjudicaran  a un gallo:
  Regla número uno.- El gallo se levanta bastante temprano, lleno de optimismo y de inmediato realiza la tarea que Dios le ha confiado…cantar.
  Regla numero dos.- El gallo no se niega a cantar porque existan ruiseñores o mejores trinos en otros picos, hace lo que puede con lo que mejor sabe.
  Regla número tres.- El gallo, sigue cantando, a pesar de que nadie le eche porras ni se lo agradezca. De vez en cuando pasa algún zapato volando por sobre su cabeza, enviado seguramente por algún trasnochador, pero eso no lo mortifica, porque reconoce que aun- que no es de su agrado, lo recibe como una gran enseñanza…“no esperar nada de  nadie”.
  Regla número cuatro.- El gallo despierta a los que duermen, lo que convierte a su tarea poco aceptable, pero sí muy necesaria.
  Regla número cinco.- El gallo da buenas noticias y la mejor es que está a punto de amanecer, precisamente cuando Dios ofrece a los que se despiertan, un nuevo día por estrenar, saturado de maravillosas oportunidades.
  Regla número seis.- El gallo es leal, cumple su tarea con fidelidad, se puede contar con él siempre, hasta en los días nublados es un excelente guardián de las horas.
  Regla número siete.- El gallo jamás se queja de tener que hacer siempre lo mismo, sabe  cambiar los tonos de su canto para no caer en la rutina, por supuesto que no espera que lo feliciten o que alguien tome en cuenta su presencia, el lleva la satisfacción del deber cumplido en su corazón, porque sabe, está completamente seguro de que todo lo que haga, si lo hace con amor, será una ofrenda para Dios y no para los hombres.

  Con pequeños arreglos de mi inspiración hice esta adaptación, a uno de tantos bellos y emotivos mensajes cristianos que recibo a diario. Sencilla narración, que nos lleva a una reflexión profunda que puede transformar nuestra cotidianidad. A veces la rutina nos asfixia porque nos olvidamos de que lo que hacemos es para Dios, y que Él siempre nos  lo agradece enviándonos sus bendiciones.