¡Albricias, somos inteligentes!
En años anteriores se
había pensado que el acto de hablar sólo reflejaba un estado de locura o de
algún tipo de alteración de la conciencia. Si veías a alguien hablando solo se
solía pensar que estaba haciendo algo vergonzoso o que estaba bajo los efectos
de alguna sustancia y si alguien te llegaba a ver a ti hablando solo, te morías
de pena. Pero ahora las más recientes investigaciones científicas, han
comprobado que muchas de las personas que
hablamos solas, somos más inteligentes.
Cuando se piensa en voz
alta se están pensando las cosas en varios planos, porque la imagen mental que
tenemos al decirla en voz alta nos mueve a la acción. Hablar tiene efectos
importantes, hay un dicho que lo ejemplifica:
“Cuida tus pensamientos
porque se convierten en palabras. Cuida tus palabras porque se convierten en
acciones. Cuida tus acciones porque se convierten en hábitos. Cuida tus hábitos
porque se convierten en tu carácter. Cuida tu carácter, porque será tu
destino.”
Es tan importante esta
forma de ser que ciertas personas reconocidas por su inteligencia solían decir
sus pensamientos en voz alta, Albert Einstein era una de ellas.
Entre dichos estudios
hay uno que señala que hablar es beneficioso, especialmente cuando se trata de hacer
una tarea perfecta. Se hizo un experimento donde les pedían a 20 personas que
buscaran en un supermercado una rebanada de pan o una manzana. Aquellas
personas que repetían la palabra del objeto que buscaban fueron los primeros en
encontrarlos.
Afirman que esto se consigue
al decir las cosas en voz alta y reforzar el mensaje, pues ayuda a la memoria a
que trabaje más rápido y logre que la cosa que se menciona se asocie a más de
uno de nuestros sentidos.
Hacen la aclaración que
repetir las cosas en voz alta, sólo ayuda cuando ya se conoce el objeto y al
decir su nombre se activan en el cerebro sus propiedades, reconociéndolo al
instante. Pero, si no sabemos cómo es y lo tratamos de visualizar, nos confundimos.
Además de ayudarnos a
ser más eficientes en hacer las cosas que queremos, hablar en voz alta refuerza
nuestros aprendizajes, ayuda a organizar nuestros pensamientos y también a
calmar los nervios. Si pasas por un momento de cabeza saturada y desorganizada,
te ayuda mucho decir tus pensamientos en voz alta; hablar contigo mismo es una
buena opción.
Hacerlo de esta manera nos
obliga a poner más atención en lo que estamos diciendo; refuerza nuestras
creencias cuando repetimos oraciones en voz baja; regula emociones cuando nos
calmamos nosotros mismos diciéndonos palabras de aliento, también concentra
nuestra atención en lo importante. Hablar consigo mismo da tiempo de escuchar la
voz interna y así auto reconocerse; refuerza lo que pensamos para que después no
tengamos problema al tener que decirlo a otros.
Si sueles tener
conversaciones contigo mismo y tiendes a decir tus pensamientos en voz alta,
has encontrado un nuevo motivo para sentir orgullo, ¡Eres inteligente!
Antonieta B. de De
Hoyos 6/26/19/