miércoles, 12 de junio de 2019


Gracias a ti, lograré mi conversión.  
El yugo es un instrumento de unión de dos seres para que caminen hacia la misma dirección, los campesinos ponen a dos bestias juntas para que arrastren la carreta. Un matrimonio en yugo desigual, es una pareja en la que cada uno intenta vivir y desarrollar sus proyectos de vida en direcciones diferentes. La fuerza con la que cada uno jala para su lado, les impide avanzar y frecuentemente ambos sufren.
Causa muchos problemas a la pareja el vivir bajo un yugo desigual, por eso es frecuente que se fracase en casi todo lo que se inicia, incluso en la misma conservación del matrimonio. Lo ideal es hacer caso a la intuición cuando se trate de elegir una buena pareja, pues se podría terminar uniéndose a un incrédulo (a) no olvidemos que la justicia no camina a la par con la injusticia.
Cuando se vive dentro de un yugo matrimonial desigual, es necesario tomar la decisión de ceder y ponerse de acuerdo en la dirección que se va a tomar, en especial en el aspecto espiritual, porque será bastante difícil armonizar en las diferentes áreas de la vida si no se camina espiritualmente juntos.
Si la mujer es creyente y el hombre no lo es, el mandato de Dios es que la mujer estará sujeta a su marido y trabajará para que también los que no creen la Palabra, sean salvos por la conducta respetuosa y casta de su esposa, sabemos muy bien que la belleza está en el interior, en el corazón, en un espíritu afectuoso y sereno que Dios tiene en gran estima.
En el caso de que el hombre sea el creyente y la mujer no, es  él, el que dará imagen y gloria de Dios para su esposa, la amará de forma incondicional como Cristo nos amó. Los creyentes jamás abandonaremos al cónyuge no creyente, porque a los que Dios unió  el Señor Jesucristo les pide que no se separen y si acaso llegaran a separase, procuren quedarse sin casar y si les es posible luchen por reconciliarse con su pareja.
Si una mujer tiene marido que no es creyente y él acepta vivir con ella, no lo abandone, porque el marido no creyente es santificado por las oraciones de su mujer y la mujer no creyente, por las oraciones de su marido.
Vivir en yugo desigual no es fácil pero, aun así no se debe forzar la situación del no creyente porque existe una maravillosa y grande posibilidad de que pronto logre su conversión.
Una vez que se comienza a caminar juntos espiritualmente, se aprende por medio de la Palabra de Dios a hacer ajustes en la relación, usando los principios y valores de vida.
Tú matrimonio y tu familia, es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. ¡Cuídalo!
 Antonieta B.  de De Hoyos                         6/12/19.

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