sábado, 27 de agosto de 2011

Hoy en México, hasta los cuervos están de luto.


YA NO MÁS DE TUS HIJOS LA SANGRE…
“Dice mi padre que un solo traidor
Puede con mil valientes;
Él siente que el pueblo, en su inmenso dolor,
Hoy se niega a beber en la fuente
Clara del honor.
Alfredo Zitarrosa
El asesinato masivo de ciudadanos inocentes que hay en México no es más que la evidencia final de que el sistema político que impera en nuestra Patria esta caduco.
La ineficiencia de los actores políticos es evidente porque ante la operación abierta de los delincuentes, ningún partido político ha tenido la capacidad de elaborar propuestas viables para erradicar la corrupción, la pobreza  y la impunidad con la que se han movido los distintas bandas de criminales que asola nuestro Territorio. Los gobernantes cada día son puestos en tela de juicio tanto por los delincuentes como por la sociedad que ve con tristeza  que no hay respuesta rápida para detener, juzgar  y castigar al delito.
Las marchas pidiendo paz y democracia han sido manoseadas por el poder legislativo que solo juega con los tiempos electorales para asegurar  seguir viviendo del erario publico con todo cinismo sin entregar cuentas ni resultados a los electores.
No existe, hasta ahora, nadie que haga justicia por los inocentes y esto esta generando  la idea de que la justicia solo se logrará  por propia mano porque el estado de derecho se rompió en el momento en que los gobernantes cerraron los ojos al cruce de droga hacia el principal mercado de estupefacientes de América: Estados Unidos y permitieron que los narcotraficantes se adueñaran de nuestras vidas.
El gobierno norteamericano busca solucionar su grave problema de  adicciones Americana  se cerrando  la frontera con México y ahora los mexicanos estamos pagando con la vida la ambición del poder económico que generó, primero el trasiego de droga para abastecer a su mercado de consumidores y después la diversificación de los negocios sucios: La trata de personas para la prostitución,  el secuestro y el trafico de ilegales hacia Estados Unidos.
Hoy  el pueblo de México entrega  a familiares a la madre tierra mientras el imperio del dólar sigue creciendo abonado con la incapacidad de las autoridades mexicanas  que también se beneficiaron con el dinero sucio de la delincuencia.
En este momento ya no hay retorno para discutir una fallida reforma electoral que de poder a los ciudadanos sin el apapacho de la casta política vestida con los colores de cualquier partido político. Lo que urge es restablecer el Estado de derecho  a costa de los usurpadores del poder para que se detengan, enjuicien y castiguen a todos los autores intelectuales y materiales de las distintas masacres que ha teñido de sangre el suelo patrio.
No es con duelo nacional o con bandera a media hasta con la que se muestra el dolor de los cobardes gobernantes sino con hechos reales y no  teatros  que solo son burla  a la inteligencia del pueblo.
¿Quién defendió la instalación de casinos en México  sabiendo que ya  no se podía seguir ocultando la crueldad del narco?: Televisa y el Poder Legislativo (Diego Fernández de Cevallos entre otros)
¿Quién se beneficio directamente con el lavado de dinero que se hace en los casinos en México? Prestanombres y políticos encumbrados, Hank Rhon, por ejemplo.
El duelo por cada uno de los asesinados con armas hechas en Estados Unidos, que pasaron de contrabando a México y que fueron pagadas con dólares producidos por la delincuencia nos debe llevar  a decir ¡BASTA! Y expulsar del gobierno a quienes también se han beneficiado con el dolor de nuestros muertos y con la adicción que hoy corrompe a nuestros hijos.
La reforma electoral ya no es una solución. Las propuestas de la UNAM las prostituyó el poder político, las marchas ya no son escuchadas ¿Quién  entonces dará la voz para restituir el Estado de Derecho en México? ¿Revolución o dictadura?
Profra. Josefina Sánchez Ponce

martes, 9 de agosto de 2011

¡Pecho tierra! ordenó el gerente.

Hace unas semanas, escribí un artículo relacionado con una educadora que protegió a sus pequeños alumnos dentro del aula, mientras en el exterior se protagonizaba una balacera entre militares y narcotraficantes, en una colonia de Monterrey, Nuevo León.
Muy lejos estaba yo de imaginar que ese mismo suceso se repetiría cuatro o cinco semanas después, pero ahora involucrando a lo que más amo en mi vida, mis tres queridas nietecitas residentes en la ciudad de Saltillo Coahuila.
Era media tarde, cuando su mamá decidió llevarles a comer un cono de nieve a uno de esos restaurantes de franquicia norteamericana, esos en los que además de ofrecer comidas rápidas y magnifico aire a condicionado, tienen en su interior aparatos de juegos infantiles. Mientras ella conversaba animadamente con otras señoras, la mayor se encaminó a los toboganes, muy cerca de ella permanecieron las más pequeñas. El ambiente de tranquilidad fue roto, cuando una mujer entró al restaurante gritando asustada, que afuera la Policía Federal tenía amagado a un hombre, apuntándole con sus armas. De inmediato el gerente corrió a cerrar las puertas para evitar que entrara alguien disparando, mientras ordenaba a los comensales se pusieran pecho tierra.
Todos obedecieron al tiempo que mi nuera llamaba desesperada a su otra hija que se encontraba en el área de juego, la niña al escucharla corrió a su encuentro. Asustada preguntó a su madre por lo que pasaba, ella sin contestarle la jaló de un brazo y la acostó junto a sus hermanas, diciéndoles que no se movieran. Pasaron unos instantes que les parecieron horas, antes de que la policía federal se retirara con el maleante y pudieran levantarse.
Gracias a Dios no pasó a más en lo que se refiere a su integridad física, pero en lo emocional todos los presentes, incluso los niños, se convirtieron sin desearlo en víctimas del delito, nuevo concepto ya estipulado dentro de los Derechos Humanos Universales.
Las pequeñas pronto olvidaron el suceso, pero la mayor no, pasaron muchas horas para que calmara su llanto y dejara de preguntar angustiada a sus padres, si se iban a morir.
Me duele en el alma lo sucedido, me duele la impotencia que se vive en esos terribles momentos, pero apoyo la decisión de enfrentar a la delincuencia hasta acabar con ella. Por supuesto que habremos muchas víctimas colaterales, pero enderezar lo torcido es mucho más complicado que educar desde la cuna. Por lo pronto  redoblaré mis rezos al anochecer y seguiré suplicando a Dios su protección, no solo para mi familia sino para la sociedad entera.                                                              
Antonieta B. de De Hoyos                                                      junio 30/11

lunes, 8 de agosto de 2011

Con fe, todos podemos sanar.


A principios de mayo sufrí un accidente casero. Me fracturé el dedo meñique del pie derecho, dañándome también el menisco interior y exterior de mi rodilla derecha. 

Consulté varios médicos especialistas y todos coincidieron en que se había rasgado el menisco y que para sanarlo se requería de una operación sencilla que les permitiera introducir los instrumentos para coser lo desgarrado. El problema no era la resonancia magnética ni la intervención, sino el riesgo que se corre al aplicar la anestesia local.

Por esa razón me animé a buscar ayuda en la medicina alternativa, forma de curación que adopté desde hace varios años. Esta vez el elegido fue “Frans”, lo avalaba su gran experiencia y su inquebrantable fe en el poder de la oración.

En la primera sesión de masaje, intentó regresar el músculo distendido a su estado original, los dos goteros con las micro dosis, calmarían mi dolor y disminuirían lo inflamado. Además me entregó dos hojas de papel impresas, una con las instrucciones y otra con la oración sanadora.

Llegando a casa tomé las gotitas, apliqué un ungüento sobre mi rodilla y la cubrí, pero la hoja de la oración la dejé olvidada sobre la mesita de noche. Pasaron casi cuatro semanas y el dolor no cedía, tan solo se alternaba; un día sí y otro no, una noche tranquila y otra sufriendo agudas punzadas que interrumpían mi sueño. Me molestaba no poder caminar con seguridad, me daba miedo lastimarme de nuevo.

Un domingo mientras untaba el ungüento en mi rodilla, me di cuenta de que sobre la mesita de noche estaba la hojita con la oración, la tomé y leí las recomendaciones. Había que leer despacio en voz alta y con la mayor devoción, cada una de las frases. Era de noche y no había nadie en casa, me pareció propicio leerla con toda la  fe que guarda en mi alma. Pedí su ayuda, sin prisas, disfrutando cada una de las frases escritas…, dócilmente me fui entregando, hasta el final cuando dije “Amén”

Y así noche a noche haciendo oración, comencé a mejorar física y anímicamente; mi espíritu se fue renovando y mi cuerpo fortaleciendo para aceptar con serenidad, lo que estuviera por venir.

Por eso ahora además de rezar mi rosario de la Confianza, leo en voz alta esta bella oración en la que pido a Dios por mi salud, la de mis seres queridos y la de todos los enfermos del mundo. Cuando mencioné a mi hija lo acontecido, sin mayor preámbulo me contestó: “Abriste los canales de sanación al entregarte por medio de tu fe a Dios”.


I
magino que ésta es la esencia de la misa de  sanación; es el estar ahí frente al Santísimo, en contacto directo con el Señor, es someternos con gozo a la voluntad divina.., pero siempre implorando su misericordia, a través de su Amado Hijo Jesucristo.