¡Sé feliz! es muy saludable.
Dicen los que saben
que, si quieres ser feliz debes aprender a disfrutar las cosas y nunca
esclavizarte a ellas. Hay que vivir de manera sencilla, tener bellos y grandes
sueños, agradecer por todo, amar y reír mucho: esa es la clave.
El único inconveniente
es que hoy todo es relativo, incluso nuestra idea de ser feliz también es
relativa. Por eso para unos tener mucho dinero, viajar, poseer un ropero lleno
de prendas nuevas, salir de fiesta los fines de semana, comprar un auto nuevo,
una casa grande, es su felicidad.
Mientras otros la fincan
en sus mejores eventos y aparecer en páginas de sociales. Aunque también
existen unos que nunca son felices porque no reciben lo que desean.
Lo cierto es que para
ser felices, solo necesitamos intuir la forma en que se mueve el universo y aprender
a darle el valor exacto a las cosas del cielo y de la tierra.
Para lograrlo necesitamos
esforzarnos en ser diferentes al montón, en buscar la esencia de ser persona, en
disfrutar en su totalidad lo hermoso de la vida tanto en los tiempos buenos como
en los malos, ya que en cada una de estas experiencias siempre deja valiosas lecciones
que fortalecen el espíritu y conducen a vivir con calidad.
Hay ocasiones en que
los compromisos nos enceguecen, nos aturden, no nos permiten pensar y olvidamos
que la verdadera felicidad radica en conservar a la familia unida, en deleitarnos
con aquellas sencillas reuniones donde se escuchan las voces de primos
hermanos, hijos, tíos, abuelos y amistades más queridas.
La felicidad radica en
vivir sin esa prisa que agobia por querer llegar, es soñar, es llorar, es
sonreír, ¡es reír a carcajadas!
Ser feliz es tener el
privilegio de sentirte amado, sin sobresaltos ni temores de traiciones, es estar
rodeado de afectos, es sembrar amistad, es dar bajo cualquier pretexto un
amoroso abrazo, es amar con la mirada y con suaves palabras, es extrañar al
ausente y esperar su llegada.
Para ser feliz basta un
sencillo y cálido hogar alejado de riquezas y superficialidades, es sentarte a la mesa y tomar tus alimentos en
santa paz, es saborear una deliciosa tacita de café acompañada de una amena
charla, es escuchar un CD que inspire al
corazón.
En fin, ser feliz no
cuesta nada y es tremendamente saludable, dicen que la felicidad es gratis y es
cierto, porque la podemos encontrar mirando una puesta de sol o, la bendita
lluvia caer sobre las tejas, es salir a caminar bien abrigado en una tarde de
frio, es esperar con alegría la llegada de la navidad.
Ser feliz es brindar
afecto a todos los que se crucen en nuestro camino, es aprender a hacer de la
vida una gran aventura pero ante todo, es hacer de nuestras acciones actos de
bondad, es intentar no arrepentirte de nada, es estar en paz con uno mismo.
Antonieta B. de De
Hoyos julio/23/18