Enseña a tu niño a valorar el tiempo.
- “Cuentan que se
encontraba Alejandro el Grande al borde
de la muerte, cuando llamó a sus generales para comunicarles sus tres últimos
deseos. En el primero, pidió que su ataúd fuera transportado en hombros, por
los mejores médicos de su tiempo que le habían atendido durante su reinado. En
el segundo, ordenó que los tesoros que
había acumulado (plata, oro, piedras preciosas, etc.), fueran esparcidos por el
camino que recorrería hasta su tumba. Y en el tercero, quiso que sus manos
quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, a la vista de todos”. Uno de sus generales,
asombrado por tan extraños deseos le preguntó porque hacia eso, a lo que él contestó.
-“Quiero que los más ilustres médicos carguen mi ataúd, para mostrar que ellos
no tienen ante la muerte, el poder de curar. Quiero que a mi paso, el suelo sea
cubierto con todos mis tesoros, para que todos vean que los bienes materiales
no se van conmigo, se quedan aquí. Quiero que mis manos se balanceen al viento,
para que no olviden que vinimos con las manos vacías y que con las manos vacías
nos vamos, en el momento que se termina lo más preciado que tenemos…, nuestro
tiempo.”
Esta sencilla reflexión
me hizo pensar en la cantidad de gente que en la actualidad malgasta su tiempo en frivolidades, a excepción de esos
padres de familia, que se esfuerzan día a día por dar a sus hijos los mejores
ejemplos y consejos.
Hoy es el “Día del niño” y seguro que ya se organizan las
fiestas con la tradicional comida chatarra, pasteles y refrescos, que los
médicos desaconsejan como medida preventiva contra la obesidad y diabetes
infantil. Entonces ¿qué podemos regalarles?
Qué tal si les compartimos
la importancia de “valorar el tiempo”.
Ese espacio limitado que tiene principio y fin, que no se detiene y se escurre como el agua
entre las manos, es muy importante que conozcan las etapas de la vida y como
vivirlas con dignidad.
La sociedad actual no
aprecia al adulto mayor, porque los padres no quieren envejecer, tienen la idea
de que solo lo nuevo, lo joven vale y
están muy equivocados. Un adulto para ser sabio, no necesita manejar
celulares, Ipod, computadora, tablet, internet, Facebook, twetter; su nivel
intelectual y habilidades quedan al descubierto en su conversación, actitudes
positivas que le permiten ser feliz y superar adversidades.
En esta época moderna
saturada de banalidad, lo mejor que podemos hacer por los niños es inculcarles la
forma correcta de aprovechar su tiempo; nada de holgazanerías, porque el que se
estanca retrocede, debe saber que derrocharlo será su peor error y que podrá producir
dinero, riqueza, poder, pero ¡jamás tiempo!
Dar al niño nuestro
tiempo sin prisas y sin enojos, es darle
parte de nuestra vida; cuéntele anécdotas felices, aventuras emocionantes de su
juventud pasada, necesita que lo guíen en la difícil tarea de manejar el
tiempo, pero sobre todo saber con certeza que al final como cheque de viajero,
solo sus buenas obras le acompañarán.
Antonieta
B. de De Hoyos abril
30/16