Por
qué debemos ayudar a decir ¡no! a la marihuana.
Ahora que se propone a nivel legal el
consumo de drogas como la marihuana, es importantísimo que nos demos un tiempo
para informarnos muy bien, ante la comercializada desinformación. La mayoría sabemos
que hay sustancias que al ingresar al organismo
lo alteran, y que muchas veces es difícil regresar a la normalidad.
Estamos conscientes de que las drogas
producen adicción, y que la marihuana no es la excepción al generar dependencia
física, psicológica, y un estado artificial de bienestar en el cerebro, que al
ser estimulado pide más. Conocemos sus daños permanentes en la función del
conocimiento, disfunción en la atención y memoria, y lo peor es que dejar de
fumar no revierte el daño.
Fumar marihuana es
mucho más tóxico que fumar tabaco, porque su fumada es lenta y se retiene más
en las vías respiratorias, además desprende mayor cantidad de monóxido de
carbono. Un cigarro de marihuana contiene 5 veces más tóxicos que un cigarro de
tabaco y desarrolla el riesgo de cáncer en la lengua, laringe y pulmón. La
droga de la marihuana desata patologías: disminuye la producción de espermatozoides y su movilidad, afecta la
ovulación y puede conducir a la esterilidad, daña el desarrollo pre natal y
aumenta el riesgo de paro cardíaco.
Los países que han
legalizado el consumo no se han beneficiado, el periódico inglés pro marihuana “The
Independent”, reconoció el error de la despenalización en su país. En Holanda,
el consumo de la droga no ha disminuido con la legalización, vuelven a
endurecer las medidas contra el tráfico de estupefacientes al comprobar el grave
daño que éstas causan a la salud pública. Consumir marihuana no fumada, ha
provocado la muerte a personas por sobredosis en caramelos, un hombre bajo esos
efectos asesinó a su esposa, y seis niños se envenenaron al comerlos.
No hay tiempo que
perder, debemos unirnos como sociedad para la prevención y el combate a las
adicciones, los padres y adultos en general sabemos que las drogas, nos están
robando a nuestros niños y jóvenes, que esta hierba desarrolla adicciones,
enriquece a narcotraficantes, roba los sueños de familias enteras y desaparece
el futuro de una nación.
Ahora conseguir las
drogas es fácil, por eso es aquí, en el área social y humana donde debemos redoblar
esfuerzos, urgen policías, soldados, profesionistas, autoridades, ciudadanos con
ética y moral firmes, instruidos para defender y enseñar a defenderse a las
nuevas generaciones de estos nocivos estímulos, necesitamos todos como sociedad
fortalecer el espíritu y desarrollar habilidades.
En esta época hostil donde
los medios de comunicación presentan la corrupción, las desviaciones sexuales y
la muerte como estilo de vida, no existe esperanza. El mejor antídoto está en el
corazón de cada mexicano que cumple con lo que le corresponde, y que emplea sus
conocimientos y tiempo libre al servicio de los demás.
Antonieta B. de De
Hoyos abril 18/16
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