jueves, 28 de abril de 2016

Enseña a tu niño a  valorar el tiempo.                         
- “Cuentan que se encontraba Alejandro el Grande  al borde de la muerte, cuando llamó a sus generales para comunicarles sus tres últimos deseos. En el primero, pidió que su ataúd fuera transportado en hombros, por los mejores médicos de su tiempo que le habían atendido durante su reinado. En el segundo, ordenó  que los tesoros que había acumulado (plata, oro, piedras preciosas, etc.), fueran esparcidos por el camino que recorrería hasta su tumba. Y en el tercero, quiso que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd,  a la vista de todos”. Uno de sus generales, asombrado por tan extraños deseos le preguntó porque hacia eso, a lo que él contestó. -“Quiero que los más ilustres médicos carguen mi ataúd, para mostrar que ellos no tienen ante la muerte, el poder de curar. Quiero que a mi paso, el suelo sea cubierto con todos mis tesoros, para que todos vean que los bienes materiales no se van conmigo, se quedan aquí. Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que no olviden que vinimos con las manos vacías y que con las manos vacías nos vamos, en el momento que se termina lo más preciado que tenemos…, nuestro tiempo.”
Esta sencilla reflexión me hizo pensar en la cantidad de gente que en la actualidad malgasta su  tiempo en frivolidades, a excepción de esos padres de familia, que se esfuerzan día a día por dar a sus hijos los mejores ejemplos y consejos.
Hoy es el “Día del  niño” y seguro que ya se organizan las fiestas con la tradicional comida chatarra, pasteles y refrescos, que los médicos desaconsejan como medida preventiva contra la obesidad y diabetes infantil. Entonces ¿qué podemos regalarles? 
Qué tal si les compartimos la importancia de “valorar el tiempo”. Ese espacio limitado que tiene principio y fin,  que no se detiene y se escurre como el agua entre las manos, es muy importante que conozcan las etapas de la vida y como vivirlas con dignidad.
La sociedad actual no aprecia al adulto mayor, porque los padres no quieren envejecer, tienen la idea de que solo lo nuevo, lo joven vale y  están muy equivocados. Un adulto para ser sabio, no necesita manejar celulares, Ipod, computadora, tablet, internet, Facebook, twetter; su nivel intelectual y habilidades quedan al descubierto en su conversación, actitudes positivas que le permiten ser feliz y superar adversidades.
En esta época moderna saturada de banalidad, lo mejor que podemos hacer por los niños es inculcarles la forma correcta de aprovechar su tiempo; nada de holgazanerías, porque el que se estanca retrocede, debe saber que derrocharlo será su peor error y que podrá producir dinero, riqueza, poder, pero ¡jamás tiempo!
Dar al niño nuestro tiempo sin  prisas y sin enojos, es darle parte de nuestra vida; cuéntele anécdotas felices, aventuras emocionantes de su juventud pasada, necesita que lo guíen en la difícil tarea de manejar el tiempo, pero sobre todo saber con certeza que al final como cheque de viajero, solo sus buenas obras  le acompañarán.    

Antonieta B. de De Hoyos                                             abril 30/16                    

No hay comentarios: