miércoles, 30 de noviembre de 2016

¡Alto!espera a tu alma esta navidad.
Por Antonieta B. de De Hoyos                                       dic 3/16
Creo que las cosas suceden porque están escritas, ya había terminado mi artículo de la semana, cuando por equivocación aplané la tecla de cortar, no sabía si llorar o resignarme, trate de  recuperarlo pero fue imposible, lo había borrado.
Después de un rato, regresó a mí la calma, acepté lo ocurrido, fue entonces cuando recordé una anécdota que hace años narré en una de mis pláticas. 
“Era un grupo de extranjeros que van de safari al África, y contratan a un grupo de nativos para que carguen el equipaje y los guíen durante el recorrido. Como los cazadores llevan los días contados, no les interesa descansar, por eso les asombró que al tercer día los nativos se quedaran sentados en la tierra y se negaran a continuar. Cuando les preguntaron el motivo, ellos contestaron que iban tan de prisa que su cuerpo debía esperar a su alma”.
Estamos a punto de iniciar los festejos de la Navidad, pero no nos damos cuenta del por qué y el para qué se han establecido estos días medio nublados, fríos y lluviosos que invitan a la reflexión, a la conversión a un estar en paz en casa o en el templo.
Las posadas tradicionales, se han extinguido, ahora son simples reuniones mundanas, donde la comida y la bebida se dan en exceso, no hay peregrinos ni se pide posada. La nochebuena, es un intercambio de regalos y abrazos, al niño Jesús no le dan cabida, la vela blanca ni se compra ni se enciende, la oración es acallada por las risas y la música. La noche vieja es una continuación de francachelas hasta el amanecer, pareciera que recibir la luz del día siguiente cuando el año empieza fuera el trofeo, pero se olvida lo más importante el agradecer a Dios la existencia.
Si los nativos se sientan a  esperar a su alma, porque nosotros no hacemos lo mismo, pudiera ser que durante el año nos hubiéramos visto obligados a correr tras el sustento y la diversión, por eso, no está de más hacer un alto, y aprovechar estos ocho días para propiciar ese encuentro.
Angela Merkel, física y política alemana, canciller de su país, hija de un pastor protestante dice que “Europa debe volver a Dios, debe volver a leer la Biblia”. El cambio en el mundo predicho por los mayas se está haciendo  realidad, en este milenio la espiritualidad se torna indispensable, los habitantes del primer mundo buscan desesperados a Dios. 
Estamos asombrados, por tantas bacterias en el ambiente que enferman, incapacitan y a veces matan. Los científicos insisten que la enfermedad está dentro de nosotros, porque somos el resultado de nuestros pensamientos y sueños, que es urgente dejar de lado todo lo negativo, descargar culpas, olvidar rencores: sentimientos que disminuyen las defensas en el organismo. 
Estrés, depresión, frustración, llevan consigo la enfermedad.

Esta navidad detengamos el paso porque la salud está en nuestras manos, busquemos en la oración esa paz interior que fortalece y nos conserva sanos de cuerpo y alma.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Recordemos y vivamos el adviento
Por Antonieta B. de De Hoyos                                nov. /26/16 
Adviento tiene su origen en una palabra latina ¨adventus¨ qué  significa “venida”, con ella los cristianos hacemos referencia a la venida de Jesucristo, y durante las cuatro semanas previas a la Navidad nos preparamos en la esperanza y en el arrepentimiento.
El tiempo de adviento, es para los creyentes y hasta para algunos escépticos, un periodo privilegiado que invita a recordar el pasado, cuando celebramos y contemplamos el nacimiento de Jesús en Belén; a disfrutar el presente, al percibir su paz, su justicia y su amor en cada amanecer. Y por si esto fuera poco, también tenemos la oportunidad de forjar nuestro futuro, al esperar con gozo su venida, la salvación y la vida eterna.
Nadie sabe el día ni la hora, por eso la Iglesia nos invita a prepararnos para ese momento con un sincero examen de conciencia que nos conduzca a recapacitar. 
Una buena opción, sería analizar nuestra conducta pasada y actual, así sin prisas buscar el cambio necesario, a lo mejor en este intento hasta podemos ayudar a otros.
Pasamos horas en casinos de juego, en reuniones, en tiendas, en restaurantes, pero no tenemos quince minutos para Dios, ni siquiera en esta época del año. 
La verdad es que conforme nos alejamos de Dios nuestro corazón se endurece, por eso cada vez nos cuesta más trabajo servir a nuestros semejantes, entre los que incluimos a los hijos y a la esposa (o); la violencia se ha incrementado hasta desintegrar familias enteras, en la sociedad los hechos sangrientos y los suicidios han proliferado, en los apostolados y grupos de servicio a la comunidad, los voluntarios escasean, pocos se comprometen, prefieren el hastió y la soledad.
No es correcto que limitemos nuestro crecimiento espiritual al Adviento y Navidad, es impostergable cultivarlo y fortalecer el espíritu para los años venideros. 
Por lo pronto, en estos cuatro domingos acuérdate de encender una vela o una veladora, no te fijes en el color ni tamaño, ora en silencio por unos minutos, habla con Dios y apágala para evitar accidentes. Enciéndela durante la nochebuena y encomienda al Creador a tu familia, amistades y si quieres agrega al resto del mundo en esta petición de bendiciones, ten la  seguridad que serás escuchado y que tu oración espontánea será la más hermosa, porque  habrá salido desde el fondo de tu alma.
Nunca uses tu vela de adviento como decoración o por aparentar, narra a los que quieran escuchar lo acontecido en Belén, anima a gozar estos invaluables momentos de paz y agradecimiento. 
Tu casa y el pinito pueden lucir espectaculares, a lo mejor hasta se te ocurre animar el ambiente con los tradicionales villancicos, pero recuerda, si no hay un portalito y un pesebre donde acostar al niñito Jesús, no tendrás una auténtica navidad.

La publicidad, nos obliga a comprar, a bailar, a beber, a cantar, a derrochar, a buscar la alegría en el bullicio, con el propósito de distraernos de lo esencial: conocer, recordar y vivir por siempre la sabiduría del adviento. 

miércoles, 16 de noviembre de 2016

“La paz viene de dentro, no la busques fuera”. 
                                                                                          Buda Gautama
Por Antonieta B. de De Hoyos          

Desde tiempos remotos, sabemos que la única manera de sentirnos tranquilos y de disfrutar una verdadera paz, es siendo congruentes, obligándonos a que lo que  mostremos a los demás, sea lo que pensamos y sentimos interiormente. 
Son muchas las veces en que esbozamos una sonrisa, tratando de aparentar un estado emocional que no estamos viviendo; cuando la realidad es que por dentro nos duele hasta en el alma, lo que está sucediendo.
Son muy pocas las personas que cuando se sienten bien puedan ocultarlo, es imposible que nos encontremos satisfechos con nuestros pensamientos y emociones y no se proyecte en la mirada y en una bella sonrisa. 
Vivir a plenitud es poseer esa luz especial que despiden las personas, cuando logran que las dificultades no los conduzcan a perder por completo la calma, ellos, a pesar de las contrariedades, se sienten bien y son felices, es una felicidad auténtica, firme, que no se  trunca en los momentos adversos, sino que prevalece aun y cuando las relaciones con los demás no sean del todo agradables.
Esta felicidad tan especial, es el resultado de una buena conexión con nosotros mismos, es el conocimiento de sentirnos saciados con lo que tenemos, es en este punto cuando reconocemos que nada es indispensable, que esta vida es un regalo más y debemos aprovecharla para gozar ese bienestar que nos pertenece.
Cuando te reúnes contigo mismo, encuentras y entiendes el propósito de tu vida, examinas tus dones y te dedicas a hacer lo que te gusta, ya que para eso has recibido de Dios tus talentos, de esa manera sin darte cuenta atraes a las personas que te ayudaran a sacar de ti lo mejor, y a convertirte en un gran ser humano.
La paz no es algo que se desea, la paz se crea. 
Si no te sientes bien con lo que haces, con las personas que te rodean, ni en el lugar donde te encuentras, es tiempo de detener el paso y escuchar a tu corazón, poner atención a lo que sientes en tu interior y tomar medidas para generar cambios, replantear el rumbo y alcanzar tus metas.
Abre tus brazos a la vida, a lo importante, a lo que trasciende…
Aléjate del materialismo que consume a la persona. 
Al morir  nos llevaremos solo lo aprendido y el amor que dimos y recibimos, el resto se queda aquí: dinero, fama, hasta las personas que más queremos, busquemos ahora aquello que nos hace sonreír por dentro.  

Desechemos la falsedad, oremos y pidamos a Dios la sabiduría necesaria para no perder el camino, alejémonos de todo lo que la frívola sociedad condiciona para ser felices. 
La gente necesita paz, y esta llega cuando nuestra mente, cuerpo y espíritu se enlazan.  

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Hilary, una mujer justa.
Antonieta B. de De Hoyos                                           Nov. 12/ 16
A pesar de la derrota de Hilary Clinton, debo reconocer que algunos de sus mensajes en los debates fueron bastante duros, pero acertados, es por eso que transcribo una parte del que pronunció en su tercer debate con Trump,  difundido para desacreditarla.
En esa ocasión, se refiere a la legalización del aborto, discurso en el que con extrema claridad define su postura. Conocimientos que despejaron muchas de mis dudas.
Dijo así: “Defenderé los derechos de las mujeres a tomar sus propias decisiones (…) Algunos estados están imponiendo estrictas regulaciones limitando el ejercicio de su elección (…). No soy partidaria de que el gobierno te obligue a abortar como en China o que te obligue a tener el niño como en Rumanía. El gobierno, no debe de participar en una decisión que es sólo de la madre. ¿Acaso dar libertad a la mujer para que tome decisiones importantes en su vida es algo terrible? Al principio, en el intermedio y al final el aborto es un crimen horrible, que la mujer en conciencia puede evitar o realizar”.
Agregó: “Defenderé a una organización, que lucra con el tráfico de bebés abortados, sometida a investigación del Fiscal General”. “No respetaré el estado federal y la autonomía de los estados, para tomar sus propias decisiones, por instituciones democráticamente elegidas, en lo que ellos piensen, que es mejor para garantizar la salud y el bienestar de sus ciudadanos¨. ¨Un bebé tiene derechos constitucionales después del parto; pero antes del parto puede ser matado por su madre haciendo uso de su libertad, aún y cuando ella sabe que el bebé podría vivir fuera del claustro materno y ser adoptado. La madre es plenamente soberana sobre la vida intrauterina de su hijo”.
La Sra. Clinton no lo promueve, está en contra del aborto, pero reconoce que cada una de acuerdo a la situación que vive, debe responsabilizarse de ese acto. Lo dice sin rodeos….¡tú serás la única culpable de este horroroso crimen, ni tu madre, ni tu padre, ni tus hermanos, ni vecinos, mucho menos el gobierno!
Esas palabras, nos llevan a pensar que en pleno tercer milenio, cuando la mujer se ha empoderado, cuando disfruta de increíbles derechos laborales y realiza actividades antes propias de los varones, ¿todavía necesita que la castiguen por sus acciones? ¿Necesita liberar su conciencia culpando a otros de lo que ha hecho o intenta hacer? ¡YA BASTA¡ ¿acaso no conoce los anticonceptivos? desde hace más de cuatro décadas las chicas liberales ya los toman.

Es tonto exigir a otros, que sancionen la conducta irresponsable de las hijas, por haber recibido una nula educación en los valores éticos y religiosos. 
La falta de pudor está destruyendo a la mujer en sus diferentes edades, es triste reconocerlo, pero la palabra pecado dejó de atemorizar.
Lo que la Sra. Hilary promueve, es el ejercicio del libre albedrío, don otorgado por Dios a todos los humanos, con el fin de que tome decisiones y aguante consecuencias. 

jueves, 3 de noviembre de 2016

! Alto al desaliento!
Antonieta B. de De Hoyos                                               nov/5/16

Hace ya varios años cuando yo era animadora en uno de los centros ANSPAC, leí una narración que me pareció excelente para utilizarla como material motivacional, pues veía a las  asistentes un poco desmoralizadas, necesitadas de palabras que elevaran su ánimo, en la actualidad con los drásticos cambios que estamos viviendo  en la sociedad y en el ámbito político, creo que no está de más recordarla y compartirla.
La historia se llama ¨La subasta de Satanás¨. Cuentan que cierto día Satanás decidió retirarse de algunos de sus negocios y vender las herramientas al mejor postor. 
El salón era espectacular, mostraba un enorme número de armas, dispuestas todas de tal forma que provocaban la  admiración de los presentes.
En la primera sala, se encontraban en múltiples estantes pomposamente adornados, brillantes, relucientes, recién pulidas; las herramientas que sirven para despertar en las personas el odio, la malicia, la envidia, los celos, los engaños, la sensualidad desmedida, en la siguiente sala, estaban los que incitaban a la corrupción, a la infidelidad, al crimen. 
Llamó la atención que separado de este lote, había un objeto aparentemente inofensivo, pero con su exterior bastante deteriorado y aunque no era muy atractivo, su precio era sumamente elevado en comparación  con el resto de los subastados.
Alguien preguntó a Satanás -¿Cómo se llama ese instrumento? - Y éste contestó:  -Desaliento.- ¿Pero por qué su precio es tan alto?, de inmediato respondió: Porque  este instrumento es más efectivo que cualquier otro, este destruye a la gente hasta desintegrarla. 
Y explicó: - “Cuando las otras herramientas me han fallado, con el desaliento, puedo entrar en su conciencia sin importar edad ni sexo, una vez adentro, con esta sola arma los tengo en mis manos, los debilito y hago con ellos lo que quiero.  
Está muy gastada porque en este tercer milenio, la estoy usando en el mundo como nunca antes, por fortuna pocos saben que me pertenece”. A pesar de su utilidad, el precio del desaliento era tan elevado que nadie pudo comprarlo, por eso aún hoy sigue siendo propiedad de Satanás.

Nos asombramos del desánimo y descontrol  en Coahuila, pero con solo mirar alrededor veremos que en todas partes sucede lo mismo. Los políticos, los profesionistas, los estudiantes, las amas de casa, las autoridades civiles; en los clubes de servicio, en los apostolados, reina el desaliento, caminamos como “zombis” con los pies a rastras y los ojos clavados en el piso, Satanás se ha filtrado no solo en la conciencia, sino hasta el corazón de los humanos.

Necesitamos regresar a la casa de Dios, retomar los valores y principios religiosos, dejar de lado el materialismo y buscar la vida espiritual que nos fortalezca. Orar, levantar la vista al cielo, volver a sentir en el rostro, ese soplo divino que nos dio vida, porque solo con el podremos desterrar ese satánico desaliento, que nos impide avanzar y ser felices.