miércoles, 9 de noviembre de 2016

Hilary, una mujer justa.
Antonieta B. de De Hoyos                                           Nov. 12/ 16
A pesar de la derrota de Hilary Clinton, debo reconocer que algunos de sus mensajes en los debates fueron bastante duros, pero acertados, es por eso que transcribo una parte del que pronunció en su tercer debate con Trump,  difundido para desacreditarla.
En esa ocasión, se refiere a la legalización del aborto, discurso en el que con extrema claridad define su postura. Conocimientos que despejaron muchas de mis dudas.
Dijo así: “Defenderé los derechos de las mujeres a tomar sus propias decisiones (…) Algunos estados están imponiendo estrictas regulaciones limitando el ejercicio de su elección (…). No soy partidaria de que el gobierno te obligue a abortar como en China o que te obligue a tener el niño como en Rumanía. El gobierno, no debe de participar en una decisión que es sólo de la madre. ¿Acaso dar libertad a la mujer para que tome decisiones importantes en su vida es algo terrible? Al principio, en el intermedio y al final el aborto es un crimen horrible, que la mujer en conciencia puede evitar o realizar”.
Agregó: “Defenderé a una organización, que lucra con el tráfico de bebés abortados, sometida a investigación del Fiscal General”. “No respetaré el estado federal y la autonomía de los estados, para tomar sus propias decisiones, por instituciones democráticamente elegidas, en lo que ellos piensen, que es mejor para garantizar la salud y el bienestar de sus ciudadanos¨. ¨Un bebé tiene derechos constitucionales después del parto; pero antes del parto puede ser matado por su madre haciendo uso de su libertad, aún y cuando ella sabe que el bebé podría vivir fuera del claustro materno y ser adoptado. La madre es plenamente soberana sobre la vida intrauterina de su hijo”.
La Sra. Clinton no lo promueve, está en contra del aborto, pero reconoce que cada una de acuerdo a la situación que vive, debe responsabilizarse de ese acto. Lo dice sin rodeos….¡tú serás la única culpable de este horroroso crimen, ni tu madre, ni tu padre, ni tus hermanos, ni vecinos, mucho menos el gobierno!
Esas palabras, nos llevan a pensar que en pleno tercer milenio, cuando la mujer se ha empoderado, cuando disfruta de increíbles derechos laborales y realiza actividades antes propias de los varones, ¿todavía necesita que la castiguen por sus acciones? ¿Necesita liberar su conciencia culpando a otros de lo que ha hecho o intenta hacer? ¡YA BASTA¡ ¿acaso no conoce los anticonceptivos? desde hace más de cuatro décadas las chicas liberales ya los toman.

Es tonto exigir a otros, que sancionen la conducta irresponsable de las hijas, por haber recibido una nula educación en los valores éticos y religiosos. 
La falta de pudor está destruyendo a la mujer en sus diferentes edades, es triste reconocerlo, pero la palabra pecado dejó de atemorizar.
Lo que la Sra. Hilary promueve, es el ejercicio del libre albedrío, don otorgado por Dios a todos los humanos, con el fin de que tome decisiones y aguante consecuencias. 

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