miércoles, 28 de junio de 2017

Antes de empezar el día, ¡Ora!
Por Antonieta B. de De Hoyos                           julio 1/17

Pedir a Dios que bendiga nuestro trabajo es una excelente actitud, siempre y cuando no esperemos que Él lo haga. Es tan sencillo agradecer por el trabajo, y a la vez suplicar sabiduría, fortaleza y prudencia para realizarlo.
Es cómodo y además indispensable, tener una pequeña libreta, y anotar en ella todos los problemas del día, porque mientras más dificultades tengamos, más necesitamos orar.
Si te es posible, deja un espacio libre entre veinte y treinta minutos diarios para orar, puede ser por las mañanas al despertarte, al mediodía o, por la noche antes de dormir. 
Y si presientes que el día va a  estar muy complicado, intenta orar un poquito más y con extrema calma.
Todos sabemos que la vida es una lucha constante, día a día se nos presentan contrariedades en casa, en la calle y en el lugar de trabajo.
Por eso es muy importante no saturarnos de compromisos sociales o laborales, porque a la larga lo único que acarrean son un desgaste y un estrés innecesario.
El acostumbrarnos a estar en constante relación con otras personas, nos impide gozar de esos momentos de tranquilidad que necesitamos con urgencia, para pensar con claridad y organizar ideas.
Las personas inteligentes, hacen un alto al anochecer para analizar, si los problemas que cargan, son verdaderamente suyos o son de otros. 
Los hijos adultos solteros o casados, deben aprender a resolver sus propios problemas.
Es increíble el gozo que se siente al hablar con Dios antes de salir de casa, este es el mejor consejo que podemos dar. 
Recomendación que al ponerla en práctica cambia de inmediato nuestra forma de ser hacia los demás. Al orar el ánimo se eleva, la mente se aclara, la estabilidad emocional se hace presente.
Haz el propósito de levantarte más temprano, para respirar el aire que refresca tu rostro por las mañanas, piensa que habrá problemas, también situaciones difíciles que se deben enfrentar, llegarán días muy pesados, tan oscuros, que nos da miedo no volver a ver la luz, es entonces cuando te das cuenta que al orar, recibes la iluminación y la sabiduría necesaria para superarlos.
Si te es posible, organiza con anterioridad las actividades que vas a realizar al día siguiente, de esa manera las prisas no te agobian y lo mejor, empiezas bien tú trabajo. 
Si no sabes orar, persígnate antes de salir y dile a Dios que ahí estás para recibir sus bendiciones, eso ¡nunca falla! 
No olvides lo trascendente que es en ésta época, convertirte en buen ejemplo para tu familia, a todos nos urge fortalecer el espíritu.

En tus manos está el tener hoy, el mejor de los días… solo ¡Ora!

miércoles, 21 de junio de 2017

No es que sobre amor…
Por Antonieta B. de De Hoyos                                          junio 24/17.
¡México, primer lugar en América latina en jóvenes embarazadas! Lo triste es que ellas son las únicas que dan la cara en las estadísticas, a nadie le interesa contabilizar a los corresponsables de estos embarazos. En nuestro país no sobra el amor, lo que pasa es que estas chicas (os), viven un enamoramiento provocado por sus hormonas en pleno desarrollo; lo que sí existe es una irresponsabilidad total, respecto a educarlos en su sexualidad, pero no a partir de los años escolares, sino desde el hogar, cuando papá los protege y mamá los educa, formación en la que deben incluirse los preceptos religiosos.
Si en décadas pasadas, esta educación sexual no fue tomada en serio, en la actualidad el riesgo aumenta con la permisividad de los padres, que les dejan salir a la calle hasta altas horas de la madrugada a los antros, fiestas privadas o, a dar una vuelta. 
Punto importante, es la cantidad exagerada de mensajes subliminales, que reciben a través del internet, celulares, Facebook, que estimulan su sexualidad. Y que me dicen de esas entrevistas y pláticas de sudo intelectuales, que les invitan a disfrutar de la “vida loca”.
Otro concepto que aporta a esta conducta inaceptable, es la pornografía enmascarada en series de televisión y películas que entran a casa a cualquier hora, presentando ejemplos no aptos para tan tierna edad que les induce a realizar acciones, que con su repetición se convierten en estilo de vida para muchos.
Al inicio del tercer milenio, una ginecóloga que laboraba en una clínica para adolescentes en Los Ángeles California U.S.A. me envío un casete, donde me describía el calvario que sufren las muchachas,(os) entre 14 y 17 años que se contagian de enfermedades de trasmisión sexual (ETS).
Por ética personal, lo comuniqué al auditorio en mi programa de radio, la gente, en especial los padres y los adolescentes deben enterarse de las consecuencias del libertinaje. 
Fue por eso que me animé a entrevistar a un ginecólogo de una clínica de salud en la vecina ciudad de Eagle Pass, Tx.; me interesaba conocer su método de prevención. 
Con frialdad me comunicó, que ahí se les recibe como vengan, que él se limita a luchar para detener  la infección, evitar la esterilidad y la muerte.
Hay diez clases de infecciones: la sífilis, el VIH, gonorrea, herpes, clamidia y cinco más. Narra la doctora, lo doloroso que es entrar a la habitación del contagiado, la peste es insoportable, se está pudriendo por dentro. 
Me armé de valor e investigué el desarrollo de cada una de estas enfermedades, lo que vi me horrorizó, no pude contener las  lágrimas. Ruego a Dios que nunca suceda a quienes más amamos.

Nuestro cuerpo es templo de Dios, Él vive dentro de nosotros, desgraciadamente la tremenda ignorancia en valores espirituales, morales, los estímulos y la desinformación están destruyendo a nuestros hijos(as). 
Seamos adultos responsables y eduquemos en una sana sexualidad, quizás el uso del condón ayude un poco, pero lo desgarrador de la experiencia jamás se olvida.

viernes, 16 de junio de 2017

¿Quién es un hombre? 
Por Antonieta B. de De Hoyos                                  junio 17/17  
  
Con motivo del día del padre me llegó este mensaje, primero por correo electrónico y después, con imágenes enternecedoras vía Facebook, por lo que decidí hacer una pequeña adaptación para mis lectores de prensa e internet.
La narración se inicia con un aire de nostalgia, cuando menciona el momento de la Creación y la forma en que se enfatiza la imagen femenina; siempre se piensa en su fortaleza, su embarazo y su doloroso parto, pero sobre todo en la dedicación abnegada con la que sirve hasta la muerte, a sus seres queridos sin esperar nada a cambio.
Pero, ¿qué pasa con la presencia del hombre en el planeta? ¿Acaso no aporta nada a la conservación de los seres humanos?. Según iba leyendo percibía la enorme ternura con la que habían sido construidas estas frases, pero lo que realmente despertó mí curiosidad  fue el que éste haya sido escrito por un varón, que dejó sentir en su narración una gran sinceridad y responsabilidad al atreverse a hacerlo.
¿Quién es un hombre? Pregunta enfático, para de inmediato describirlo:
Un hombre es parte vital de la Creación al igual que la mujer, ya que gracias a los dos la especie se perpetúa. Pero, por qué o para qué lo creó Dios? Él lo hizo con el propósito de que salvaguardara a su familia, ¿nada más?. 
Podríamos en algún momento las mujeres, detener nuestro caminar e maginar ¿cómo transcurre la vida de un hombre?
De ninguna manera voy a generalizar, porque las excepciones rompen la regla, pero la nobleza exige enaltecer a esa mayoría que sacrifica sus sueños, por ver una sonrisa en el rostro de sus padres, a quienes cuida en su ancianidad y hasta el final.
Su dinero ganado con mucho esfuerzo, poco le dura en sus bolsillos, se le escurre entre las manos en regalos para la mujer amada y el mantenimiento de los hijos, desea verlos felices, no le importa sacrificar su juventud entera en pro del bienestar familiar, ni trabajar horas extras, a veces hasta la madrugada.
Es un idealista, siempre está soñando en la edificación de un futuro lleno de éxitos para sus críos, al grado de que si se hace necesario toma préstamos bancarios, que le compromete por varios años el pagarlos.
Tolera con paciencia los refunfuños de su esposa, de sus hijos, de su jefe, y a veces hasta de su madre; lo que le lleva a pensar durante esos escasos momentos de paz que logra tener, que su vida se limita al compromiso que asumió para felicidad de los demás.  
Después de leerlo, no pude dejar de pensar en el tremendo empoderamiento que en las últimas décadas ha recibido la mujer, la que en su vanidad no aprecia la presencia del hombre en el hogar, hasta que ve como se parte el alma una mujer sola para educar y sacar adelante a los hijos.

…Oremos por su  recuerdo y agradezcamos a Dios que tenemos uno en casa. 

jueves, 8 de junio de 2017

Siéntete feliz de ser así.
Por Antonieta B. de De Hoyos                          junio 10/17
Les llaman problemas existenciales, cuando muy en el fondo de nuestro corazón nos cuestionamos nuestra forma de ser, y como a mí me ha sucedido me atreví a hacer esta pequeña investigación.
¿Por qué veo las cosas de manera diferente de los demás? ¿Por qué sufro más que otros? ¿Por qué me encuentro feliz, en mi propia soledad? ¿Por qué me siento, y veo cosas que otros no  perciben? Estas preguntas se las hacen las personas altamente sensibles y por ser los menos, se sienten en desventaja y con miedo. !OJO! no se trata de lloriqueos ni sentimentalismos.
Esta forma de ser, se presenta en un 20 % de la población, y aunque no es correcto se etiqueta como “diferente”. Se es así toda la vida, pero es en la infancia, cuando nos damos cuenta de nuestras emociones y tenemos la sensación de vivir dentro de una burbuja de limitantes y soledad. Las personas altamente sensibles, son pensativas, empáticas, emocionalmente revitalizantes y poseen cuatro dones:
El don del conocimiento interior. Desde niños perciben en su vida diaria una mezcla de sentimientos; ansiedad, conflictos y mucha curiosidad. Captan cosas que los adultos no ven: como la tristeza en la mirada, la preocupación de papá, el dolor de mamá, condición que les enseña desde pequeños que la vida es difícil y contradictoria, sin importar su inmadurez para entender lo que sucede. Conocer las emociones es un arma poderosa que permite entender mejor a la gente, pero a la vez los hace más perceptivos al dolor y al comportamiento ajeno. Por eso deben protegerse.
El don de disfrutar de la soledad. Para ellos, es un placer la soledad, son creativos, les gusta la música y la lectura, disfrutan de la compañía pero son felices solos. No temen a la soledad, porque saben conectarse con sus propios pensamientos.
El don de vivir con el corazón. Viven intensamente el amor, son felices en su cotidianidad, a menudo se les asocia con el sufrimiento por su tendencia a la depresión, tristeza y fragilidad ante el comportamiento de los demás. Aman la belleza de un cuadro, la amistad, una canción especial. Todo lo viven con intensidad.
El don de crecimiento interior. La persona nace así, sus preguntas, su intuición, su malestar con las luces u olores fuertes y su fragilidad emocional ya demuestran su sensibilidad excesiva. No es fácil vivir con este don, hay que aprender a manejarlo y no dejar que emociones negativas les desestabilicen y hagan sufrir.

Deben entender que son diferentes, que viven las emociones con mucha intensidad, lo que no quiere decir que los otros amen menos, sólo tiene otra forma de sentir. La alta sensibilidad es un don, una herramienta que permite profundizar y ser empático con todas las cosas y personas, pocos poseen esta capacidad de aprender de la vida. ¡Disfrútala!