Siéntete feliz de ser así.
Por Antonieta B. de De Hoyos junio 10/17
Les llaman problemas existenciales, cuando muy en el fondo de nuestro
corazón nos cuestionamos nuestra forma de ser, y como a mí me ha sucedido me
atreví a hacer esta pequeña investigación.
¿Por qué veo las cosas de manera diferente de los demás? ¿Por qué
sufro más que otros? ¿Por qué me encuentro feliz, en mi propia soledad? ¿Por
qué me siento, y veo cosas que otros no
perciben? Estas preguntas se las hacen las personas altamente sensibles
y por ser los menos, se sienten en desventaja y con miedo. !OJO! no se trata de
lloriqueos ni sentimentalismos.
Esta forma de ser, se presenta en un 20 % de la población, y aunque no
es correcto se etiqueta como “diferente”. Se es así toda la vida, pero es en la
infancia, cuando nos damos cuenta de nuestras emociones y tenemos la sensación
de vivir dentro de una burbuja de limitantes y soledad. Las personas altamente
sensibles, son pensativas, empáticas, emocionalmente revitalizantes y poseen
cuatro dones:
El don del conocimiento interior. Desde niños perciben en su vida diaria una mezcla de sentimientos;
ansiedad, conflictos y mucha curiosidad. Captan cosas que los adultos no ven:
como la tristeza en la mirada, la preocupación de papá, el dolor de mamá,
condición que les enseña desde pequeños que la vida es difícil y contradictoria,
sin importar su inmadurez para entender lo que sucede. Conocer las emociones es
un arma poderosa que permite entender mejor a la gente, pero a la vez los hace
más perceptivos al dolor y al comportamiento ajeno. Por eso deben protegerse.
El don de disfrutar de la soledad. Para ellos, es un placer la soledad, son
creativos, les gusta la música y la lectura, disfrutan de la compañía pero son
felices solos. No temen a la soledad, porque saben conectarse con sus propios
pensamientos.
El don de vivir con el corazón. Viven intensamente el amor, son felices en su cotidianidad, a menudo
se les asocia con el sufrimiento por su tendencia a la depresión, tristeza y fragilidad
ante el comportamiento de los demás. Aman la belleza de un cuadro, la amistad,
una canción especial. Todo lo viven con intensidad.
El don de crecimiento interior. La persona nace así, sus preguntas, su intuición, su malestar con las
luces u olores fuertes y su fragilidad emocional ya demuestran su sensibilidad
excesiva. No es fácil vivir con este don, hay que aprender a manejarlo y no
dejar que emociones negativas les desestabilicen y hagan sufrir.
Deben entender que son diferentes, que viven las emociones con mucha
intensidad, lo que no quiere decir que los otros amen menos, sólo tiene otra
forma de sentir. La alta sensibilidad es un don, una herramienta que permite
profundizar y ser empático con todas las cosas y personas, pocos poseen esta
capacidad de aprender de la vida. ¡Disfrútala!
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