miércoles, 21 de junio de 2017

No es que sobre amor…
Por Antonieta B. de De Hoyos                                          junio 24/17.
¡México, primer lugar en América latina en jóvenes embarazadas! Lo triste es que ellas son las únicas que dan la cara en las estadísticas, a nadie le interesa contabilizar a los corresponsables de estos embarazos. En nuestro país no sobra el amor, lo que pasa es que estas chicas (os), viven un enamoramiento provocado por sus hormonas en pleno desarrollo; lo que sí existe es una irresponsabilidad total, respecto a educarlos en su sexualidad, pero no a partir de los años escolares, sino desde el hogar, cuando papá los protege y mamá los educa, formación en la que deben incluirse los preceptos religiosos.
Si en décadas pasadas, esta educación sexual no fue tomada en serio, en la actualidad el riesgo aumenta con la permisividad de los padres, que les dejan salir a la calle hasta altas horas de la madrugada a los antros, fiestas privadas o, a dar una vuelta. 
Punto importante, es la cantidad exagerada de mensajes subliminales, que reciben a través del internet, celulares, Facebook, que estimulan su sexualidad. Y que me dicen de esas entrevistas y pláticas de sudo intelectuales, que les invitan a disfrutar de la “vida loca”.
Otro concepto que aporta a esta conducta inaceptable, es la pornografía enmascarada en series de televisión y películas que entran a casa a cualquier hora, presentando ejemplos no aptos para tan tierna edad que les induce a realizar acciones, que con su repetición se convierten en estilo de vida para muchos.
Al inicio del tercer milenio, una ginecóloga que laboraba en una clínica para adolescentes en Los Ángeles California U.S.A. me envío un casete, donde me describía el calvario que sufren las muchachas,(os) entre 14 y 17 años que se contagian de enfermedades de trasmisión sexual (ETS).
Por ética personal, lo comuniqué al auditorio en mi programa de radio, la gente, en especial los padres y los adolescentes deben enterarse de las consecuencias del libertinaje. 
Fue por eso que me animé a entrevistar a un ginecólogo de una clínica de salud en la vecina ciudad de Eagle Pass, Tx.; me interesaba conocer su método de prevención. 
Con frialdad me comunicó, que ahí se les recibe como vengan, que él se limita a luchar para detener  la infección, evitar la esterilidad y la muerte.
Hay diez clases de infecciones: la sífilis, el VIH, gonorrea, herpes, clamidia y cinco más. Narra la doctora, lo doloroso que es entrar a la habitación del contagiado, la peste es insoportable, se está pudriendo por dentro. 
Me armé de valor e investigué el desarrollo de cada una de estas enfermedades, lo que vi me horrorizó, no pude contener las  lágrimas. Ruego a Dios que nunca suceda a quienes más amamos.

Nuestro cuerpo es templo de Dios, Él vive dentro de nosotros, desgraciadamente la tremenda ignorancia en valores espirituales, morales, los estímulos y la desinformación están destruyendo a nuestros hijos(as). 
Seamos adultos responsables y eduquemos en una sana sexualidad, quizás el uso del condón ayude un poco, pero lo desgarrador de la experiencia jamás se olvida.

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