Recordemos
y vivamos el adviento
Por Antonieta B. de De
Hoyos nov.
/26/16
Adviento tiene su origen en
una palabra latina ¨adventus¨ qué
significa “venida”, con ella los cristianos hacemos referencia a la
venida de Jesucristo, y durante las cuatro semanas previas a la Navidad nos
preparamos en la esperanza y en el arrepentimiento.
El tiempo de adviento, es
para los creyentes y hasta para algunos escépticos, un periodo privilegiado que
invita a recordar el pasado, cuando celebramos y contemplamos el nacimiento de
Jesús en Belén; a disfrutar el presente, al percibir su paz, su justicia y su
amor en cada amanecer. Y por si esto fuera poco, también tenemos la oportunidad
de forjar nuestro futuro, al esperar con gozo su venida, la salvación y la vida
eterna.
Nadie sabe el día ni la hora,
por eso la Iglesia nos invita a prepararnos para ese momento con un sincero
examen de conciencia que nos conduzca a recapacitar.
Una buena opción, sería
analizar nuestra conducta pasada y actual, así sin prisas buscar el cambio
necesario, a lo mejor en este intento hasta podemos ayudar a otros.
Pasamos horas en casinos de
juego, en reuniones, en tiendas, en restaurantes, pero no tenemos quince
minutos para Dios, ni siquiera en esta época del año.
La verdad es que conforme
nos alejamos de Dios nuestro corazón se endurece, por eso cada vez nos cuesta
más trabajo servir a nuestros semejantes, entre los que incluimos a los hijos y
a la esposa (o); la violencia se ha incrementado hasta desintegrar familias
enteras, en la sociedad los hechos sangrientos y los suicidios han proliferado,
en los apostolados y grupos de servicio a la comunidad, los voluntarios
escasean, pocos se comprometen, prefieren el hastió y la soledad.
No es correcto que limitemos
nuestro crecimiento espiritual al Adviento y Navidad, es impostergable
cultivarlo y fortalecer el espíritu para los años venideros.
Por lo pronto, en
estos cuatro domingos acuérdate de encender una vela o una veladora, no te
fijes en el color ni tamaño, ora en silencio por unos minutos, habla con Dios y
apágala para evitar accidentes. Enciéndela durante la nochebuena y encomienda
al Creador a tu familia, amistades y si quieres agrega al resto del mundo en
esta petición de bendiciones, ten la
seguridad que serás escuchado y que tu oración espontánea será la más
hermosa, porque habrá salido desde el
fondo de tu alma.
Nunca uses tu vela de
adviento como decoración o por aparentar, narra a los que quieran escuchar lo
acontecido en Belén, anima a gozar estos invaluables momentos de paz y
agradecimiento.
Tu casa y el pinito pueden lucir espectaculares, a lo mejor
hasta se te ocurre animar el ambiente con los tradicionales villancicos, pero
recuerda, si no hay un portalito y un pesebre donde acostar al niñito Jesús, no
tendrás una auténtica navidad.
La publicidad, nos obliga a
comprar, a bailar, a beber, a cantar, a derrochar, a buscar la alegría en el
bullicio, con el propósito de distraernos de lo esencial: conocer, recordar y
vivir por siempre la sabiduría del adviento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario