Unos
cuantos propósitos cuaresmales.
El
próximo miércoles será de “Ceniza”, fecha que marca el inicio de la Cuaresma
para todos los cristianos, días y noches que deben servirnos para meditar y
re-encontrar el camino. Por ese motivo pensé en estos sencillos propósitos, que
pueden servir para la reflexión y conversión.
Lo
primero que tenemos que hacer es retomar el hábito de la Fe, pues aunque parezca
sencillo, para los que no están acostumbrados es un gran reto. En este tercer
milenio lleno de controversias, nos urge tener Fe en Dios, en el prójimo y en
nosotros mismos. Por supuesto que es provechoso ejercitar el cuerpo, pero sin
olvidarnos del espíritu; en la actualidad los gimnasios están llenos de gente
que desea verse bien, mientras los templos y lugares de oración se encuentran
desiertos. Los médicos exhortan a dormir siete horas por la noche, pero la
Sagrada Escritura nos recomienda estar despiertos en el espíritu, porque no
sabemos el día ni la hora en que Nuestro Señor vendrá. Meditar, escuchar
música, salir a correr, platicar con los amigos, sirve para bajar el estrés,
sin tener que recurrir al alcohol, al cigarrillo, ni al comer desmedido. Servir
a Dios baja el estrés.
Está
comprobado que para prevenir enfermedades
es indispensable comer fibra y verduras, pero la verdadera fibra que nos mantiene sanos, es la que nos
permite estar en paz con Dios. Otro requisito para la buena salud es evitar la
grasa en las comidas, pero la grasa que más nos daña es el creernos infalibles,
poderosos, al grado de no reconocer la grandeza de Dios. Desde ahora, con
humildad, coloquemos en sus manos
nuestras labores diarias.
Si
cuidar lo que se come es importante, también lo es el revisar nuestro alimento
espiritual: ¿desde cuándo no vas a misa, no confiesas, no comulgas?, yo te
aseguro que los Sacramentos son el paso firme hacia una salud integral. No dejes
pasar más tiempo cambia los malos hábitos, sólo así podrás sentirte mejor. Si te
inquieta lo pasado, consulta al médico de médicos que es Jesús, pronto percibirás
tu vida diferente. Acuérdate que no somos todopoderosos, aunque muchas veces
nos creamos así. Busca un profesional, un grupo de terapia o una asociación
religiosa, ellos pueden ayudarte. Intenta con pasión acercarte a Dios.
Decir
sí, es pensar en positivo, es estar seguro de que sí puedes cambiar las viejas
costumbres y que también puedes aprender muchísimas cosas nuevas, sin importar
la edad que tengas. Todos tenemos la capacidad de perdonar y de pedir perdón, de
eliminar el estrés, de salir a caminar, de elegir comer sano, de ser felices.
...
Si te es posible orienta tu caminar hacia el templo y póstrate unos minutos frente al Santísimo. Di este
miércoles de ceniza ¡¡SÍ!! a las cosas positivas y pide fortaleza para eliminar
lo que te lastima. Inicia el año con propósitos saludables, ¡sana tu cuerpo, sana
tu corazón, sana tu alma! asegura tu lugar en la eternidad.
Antonieta
B. de De Hoyos
Febrero 6/13
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