A
la tierra que fueres…
Cada
vez que alguien, o yo misma me coloco fuera de lugar, viene a mi memoria este
refrán popular: “A la tierra que fueres, haz lo que vieres”. Pocas palabras,
pero llenas de esa sabiduría que nuestros antepasados trataban de llevar al pie
de la letra, con el único deseo de vivir en armonía con sus semejantes. Viene
esto a mi memoria por lo acontecido en la misa de iniciación de nuestro querido
Santo Papa Francisco.
Es
frecuente que un buen número de católicos y no
católicos, ignoremos el protocolo que se sigue en estas relevantes celebraciones,
para las cuales desde hace varios siglos se tienen rigurosas normas
establecidas. Por eso, adjunta a la invitación se envían van los requisitos que
todo invitado debe acatar, sea mandatario, jerarca o miembro de las distintas realezas.
A
mi parecer el obedecer lineamientos no
es sinónimo de discriminación, ni ofensivo, ya que toda medida siempre tiene su
por qué. En este caso, el Vaticano posee la prudencia y experiencia suficiente,
para instar a las damas invitadas a portar un atuendo que comprende: el clásico
color negro, una chalina o peineta si se
eligiera un mantón, poco maquillaje, manga completa y cuello alto, largo de
falda debajo de la rodilla, medias negras, zapatos con tacón mediano, nada de
joyería, con el firme propósito de evitar que esta bellísima ceremonia saturada
de espiritualidad, se convierta en una alfombra roja al estilo hollywoodense.
Quizás
muchos de nosotros no comprendemos la magnitud de estos rituales, porque no
sabemos a profundidad de lo que se trata.
Alrededor del mundo aun existen
personas que lo consideran como un simple cambio de dirigente, que merece ser
visto y admirado.
Reunir
doscientas mil almas en la Plaza de San Pedro al mismo tiempo que un poco más
de un centenar de personalidades acompañados de sus parejas, es una gran
responsabilidad, es una multitud que debe
ser alineada, pues de lo contrario el éxito terminaría en fracaso. Los
mexicanos no hemos olvidado aquella ceremonia de gala en España, a la que
acudió nuestro presidente Fox calzando botas de charol con Traje de etiqueta.
¡Qué vergüenza!
Por
fortuna, en esta ocasión México se distinguió por su elegancia, nuestros
representantes cumplieron con lo solicitado. El único error que cometió Peña
Nieto, fue tomar del brazo al Santo Padre mientras le saludaba, se le olvidó
que a una persona con esa investidura no se le toca por respeto. Algunas mujeres
si rompieron las reglas, como fue Cristina la de Argentina, que se atrevió a
besarle la mejilla y Letizia de España, que llegó con maquillaje exagerado, un vestido
corto, zapatos de tacón alto y medias transparentes, extravagancia que menguó
su personalidad.
Hoy
la globalización mezcla culturas y con ello exige el respeto que nos debemos
unos a otros, aprender a conducirse es impostergable. Recuerdo que mi abuela
decía “Una mujer nunca será elegante, si no incluye en su vestimenta un hermoso
par de medias”. ¿Será?
Antonieta
B. de De Hoyos Marzo
26/13
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