6 de Reyes es más que
una rosca
En algunas regiones del
país, la celebración más esperada por los niños es el 6 de enero, cuando llegan
los tres Reyes Magos a Belén a adorar al niño Jesús. Ellos le ofrecen Oro,
Incienso y Mirra, y aunque es una festividad de origen cristiano no ha perdido su
esplendor.
El oro le fue entregado
al Niñito Jesús por considerarlo “Rey de Reyes”, ya que solo se destinaba a los
monarcas, y además porque el oro simboliza la pureza que no se altera ni
corrompe.
El incienso por ser la suma
de resinas aromáticas vegetales y aceites esenciales, que al quemarse
desprenden un humo perfumado, en aquella época a las divinidades se les rendía
culto quemando incienso, para acrecentar la conciencia y purificar.
La mirra es el bálsamo
que tiene buen olor y contiene varias propiedades medicinales, se usaba tradicionalmente
como ungüento para embalsamar a los muertos. Se cree que era como un vaticinio
de su muerte como hombre, en un futuro próximo.
Gracias a su difusión esta
tradición ya es muy conocida y lo cierto es, que tendríamos otro mundo si en
nuestro diario vivir ofreciéramos a Jesús esos tres simbólicos regalos.
Ojalá que en nuestra
vida diaria, empecemos a usar ese oro que significa pureza de pensamiento y
acciones, ya que actuando así disminuirían los robos, las violaciones, las
ofensas, los maltratos, la codicia el odio, la venganza, viviríamos en armonía tanto
en los hogares como en la sociedad.
Buscando el incienso adquiriríamos
ese bello perfume que despiden las personas buenas, las que se conducen con
honradez, las que hacen del servicio a los demás su lema, todos nos
ayudaríamos, dejaríamos de acumular
riquezas para apoyar a los más necesitados.
Con la mirra,
obtendríamos la fortaleza de espíritu que necesitamos, para enfrentar las enfermedades
y superar las crisis emocionales y económicas que se presenten.
Estamos a punto de
concluir el maravilloso ciclo navideño y si fuimos previsores aprovechamos la
oportunidad que se nos dio, para recargar nuestra fe asistiendo a las
diferentes ceremonias religiosas que se realizaron, momentos de reflexión, de
comunicación con Dios, en las que recibimos la energía divina que nos permitirá
llegar con alegría hasta finales de año.
Nos hemos acostumbrado
a la violencia social, a la ambición, al despilfarro, a los vicios. En los
hogares proliferan los insultos, se escuchan blasfemias en chicos y grandes,
abundan los malos tratos.
No queremos aceptar que
esto es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón de la gente. La
maldad impera cuando ignoramos la presencia de Dios. Una gente de fe jamás
agrede, ni a sus semejantes, ni a los animales, ni a la naturaleza.
Deléitate con la rosca
de reyes y el chocolate, pero no te quedes solo en eso aprovecha y narra a tu
familia el verdadero significado de esta tradición.
Antonieta B. de De
Hoyos Enero /3/2019
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