miércoles, 16 de enero de 2019


 ¡Quiero envejecer con dignidad!
No quiero luchar contra el tiempo, sé que ya no soy la misma de antes, ni en apariencia ni en agilidad. Quiero envejecer sin tener que disimularlo cubriendo mis canas y alisando mis arrugas.
Pero hay momentos en los que me  da por presumir de una energía juvenil que ya se ha ido y es cuando uso pantalones entallados, blusas deportivas y maquillaje de lo mejor. Fue esa inseguridad la que me llevó a investigar en el internet, la forma de no alterarme por culpa del paso de los años. Quiero envejecer tranquila, aceptar la perdida de la juventud con decoro.  
Pero, para lograrlo, me recomiendan no usar tenis ni pulseritas de hilos de colores como las muchachas, tampoco comprar prendas llamativas y de ser posible, hacer un alto a las dietas para adelgazar, seguir únicamente las prescritas por el médico para conservar la salud.
No más horarios de ejercicios extenuantes, ni caminatas kilométricas, ahora debo dejar que la línea de la juventud se vaya diluyendo, sin caer en las extravagancias de usar licras y botas altas.
Y si de todos modos voy a envejecer, lo mejor será que encuentre la manera de disminuir esos molestos dolores musculares, que se presentan por las mañanas.
“Antes muerta que sencilla” dice el refrán, lo que significa que debo estar alerta para  cuando aparezcan esos molestos vellos en el rostro y eliminarlos de inmediato, porque tampoco se trata de dar lástima.
La caída del cabello aunque no es un grave problema comparado con una enfermedad terminal, si daña la autoestima, razón poderosa que obliga a tratar de disimularlo, pero  pelo que se va ya no regresa.  
Es indispensable controlar las emociones y aunque dicen, que de viejo se tiene derecho a disfrutar del amor, no hay que exagerar en las demostraciones de afecto en público.   
De lo que si estoy  segura es de que no haré lo que no hice de joven, adiós a los accidentes o quebradura de huesos que me condenen al reposo por el resto de mis días. Todo lo contrario, consumiré calcio y cloruro de magnesio para fortalecer mi organismo, tomaré leche deslactosada, consumiré Omega 3 y mi suplemento vitamínico, sin olvidarme de mi dosis de vitamina E y las píldoras que recomiendan para fortalecer la memoria.
En lo personal, estaré al día en mi comunicación con Dios. He llegado a la edad  en la que ya no me invitan a fiestas, ahora mis salidas se reducen al supermercado, la iglesia y a saborear una vez al mes, un delicioso almuerzo con amigas entrañables.     
Yo sé que Dios no cumple caprichos, pero le suplicaré qué me abra las puertas del cielo  con una muerte dichosa, a una edad en la que aún me valga por mí misma. De aquí en adelante ya no habrá exigencias, mi corazón estará lleno de agradecimiento hacia el Creador y hacia las personas que en su momento me han brindado amor.
Antonieta B. de De Hoyos                      1/16/19.

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