Mi único propósito será…
¡Ser feliz!
La vida siempre es
buena, pero algunos nos la complicamos al tener una idea equivocada o diferente
de ella, en lo que si podríamos estar de acuerdo es en nuestra búsqueda
constante del amor, algo tan sencillo pero a la vez tan difícil de comprender.
En la actualidad, el
ser humano cuenta con múltiples habilidades y con una cantidad enorme de tecnología
a su servicio, sin embargo aún no logra inventar algo que le ayude a sonreír. El
querer y el tener, impulsan a la humanidad hacia grandes descubrimientos pero
también a la ambición, al lujo y a la prepotencia, llegando incluso a
convertirse estos en deseos ilimitados que destruyen.
Es muy raro que nos conformemos
con algo, casi siempre queremos más de todo: amor, comodidad, poder, éxito. Lo triste
es que aunque las nuevas generaciones son cada vez más cultas, ignoran casi por
completo las más elementales reglas de cortesía. Poseen infinidad de
conocimientos, pero no saben que la felicidad se encuentra en vivir la vida con
sencillez.
Que lamentable es ver cómo
miles de personas de todos los estratos sociales, desperdician su existencia en
los vicios del juego y la bebida, lo peor es que cada vez sean más, las
familias desintegradas o en bancarrota.
Animemos a los menores a disfrutar lo que la vida les ofrezca, porque
esa es la única manera en la que podrán lucir en su rostro la mejor de las sonrisas.
Cuando todos en general logremos ver con beneplácito lo que somos y lo que
tenemos, seremos felices.
Ha llegado el momento
de dejar de pensar en ese sueño colectivo que obsesiona a la sociedad, basta ya
de sufrir internamente por no poder alcanzar las metas de otros, por no ser
como otros, por no tener lo que tienen otros, por no vivir como otros. Es necesario dejar de escuchar lo que los
medios de comunicación definen como éxito personal y aprender a vivir y a morir
cada quien a su manera.
La vida dentro de su
problemática nos ofrece la oportunidad de ser felices, siempre y cuando sepamos
vivir con sencillez y agradecidos a Dios, por ser Él quien nos da todo. Cuando nos
atrevamos a vivir en la sencillez, dejando de lado la presunción y la
apariencia, es cuando empezamos a gozar de la verdadera felicidad.
Pero no confundamos. Sencillez
no significa dejar de luchar por ser mejor persona, ni de abandonar las metas trazadas, mucho menos de
dejar de ayudar al necesitado. Todo lo contrario es en esa sencillez cuando nuestra
calidad de vida se eleva.
Dios es bueno y nos
bendice, alégrate de tener vida y salud y si acaso, en algún momento inesperado
llegara la adversidad, estemos seguros de que con la energía divina recibida seguiremos
adelante.
Nuestro único y gran
propósito de hoy será…! Ser feliz! para que mañana con serenidad recibamos lo
que el nuevo amanecer nos depare.
Antonieta B. de De
Hoyos 1/ 9/19.
No hay comentarios:
Publicar un comentario