Oración de la noche
Por
Antonieta B. de De Hoyos Dic /2/17
No hay mejor espacio para
hablar con Dios, que durante la oración de la noche. Después de que el día ha
transcurrido entre aciertos y desaciertos, rezar justo antes de dormir, de rodillas al lado de
la cama o ya recostados, se convierte en el momento especial en el que la
quietud de la recámara nos invita a contactarnos con Él. Satisfechos o
insatisfechos no hay nada que dé más gozo que agradecer lo recibido y saber
pedir con humildad bendiciones para que el día de mañana también sea bueno.
Lo ideal sería que antes de
rezar pudiéramos meditar un poco, porque de esa manera nuestra actitud cambia
favorablemente, la tristeza se aleja y la nostalgia por el tiempo ido, ya no
daña tanto. Durante esos pequeños espacios, podemos darnos cuenta de los sucesos
vividos y ver con gran satisfacción, que nos hemos colocado en el sendero de la
perfección, que nuestras relaciones
familiares y sociales son cada vez mejores, o cuando menos lo intentamos.
Al orar la persona acrecienta
su sensibilidad y convierte la espiritualidad en su modo de vida, sus días se
saturan de sencillas y constantes oraciones que le permiten crear un lazo
afectivo y de comunicación con Dios. Devoción que culmina minutos antes de
conciliar el sueño. Es muy necesario que en esos momentos pongamos nuestro
corazón en paz y que nuestras plegarias sean sinceras, ya que solo así se
elevan al cielo y son escuchadas.
Orar por las mañanas y por
las noches, son algunos de los momentos más propicios para alabar al Creador y
darle gracias por la oportunidad de vivir o haber vivido un día más, siempre
dispuestos a servir y a trabajar por nuestros sueños. Dedicar antes de
acostarnos un tiempo a Dios, es una
experiencia profundamente religiosa.
La oración que ahora les
comparto es anónima, y desde hace varias semanas la escucho cada noche a las
diez, en la frecuencia de 96.7 F.M. Cierro mis ojos y dejo que cada frase
pronunciada penetre hasta el fondo de mi alma y me conduzca a gozar con
intensidad una paz divina, inusitada. La pueden encontrar en internet.
¡Ya es de noche Señor!
Ya es de noche señor... y te decimos quédate con
nosotros.
Que la luz de tu gracia no conozca nunca el
anochecer de nuestras vidas.
Que el trabajo de este día haya sido una ofrenda sin
defecto agradable a tus ojos.
Que en nuestras
palabras y acciones hayamos sido luz del mundo y sal de la tierra. Ilumina
señor nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo.
Que mañana nos
levantemos en tu nombre y podamos contemplar con salud y con gozo el amanecer
de un nuevo día.
Ya es de noche
señor, ¡quédate con nosotros!!
El domingo tres de diciembre inicia el
Adviento, pide con gran fervor como tú
lo acostumbras, que Dios siempre esté contigo y con tu familia.
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