miércoles, 31 de agosto de 2016

La plaga de los plásticos.  
Por Antonieta B. de De Hoyos                                      sept. 3/1
Los océanos podrían albergar entre 5 y 50 ¡billones de microplásticos!, según estima la ONG Green pace, que ha lanzado una campaña  'Mejor sin plásticos', con la que pedirá a los gobiernos tomen medidas para eliminar estos residuos de los mares.
Han realizado un estudio completo sobre el impacto de los plásticos en el pescado y el marisco. Desafortunadamente el plástico sigue produciéndose y cada año se vierten al mar 8 millones de toneladas de esta basura, que han formado cinco "islas" por microplásticos repartidas en el Pacífico,  Atlántico  e Índico.
La responsabilidad, es de la sociedad, porque con simples medidas como prohibir las bolsas de plástico de un solo uso o volver al retorno de los envases de bebidas, se lograrían efectos inmediatos.
Los microplásticos son pequeñas partículas de 5 milímetros de longitud, generados por la degradación de plásticos mayores, que al ser tragados por los peces o crustáceos alteran su reproducción y comportamiento hasta provocar en ocasiones su muerte y lo que es peor, llegar contaminados a la mesa de nuestros hogares.
Los microplásticos son accesibles a más especies, incluso para el “fitoplancton", - han encontrado corales con un chicle pegado en su cuerpo -, los peces más pequeños confunden estos materiales con huevas y los ingieren, no los expulsan, permanecen en el interior del pez, lo que afecta la cadena nutritiva hasta de sus depredadores.
Debemos tomar muy en cuenta que también nuestros peces en los ríos se contaminan con microplásticos, afectando la salud humana al ser portadores de toxinas. 
Es una lástima que la gente aun piense, que la basura que arroja a las calles, en su mayoría botellas de plástico, platos,  tenedores y vasos para el café con sus tapas, ahí se queda.
 ¡Fíjese que no!, toda ella hasta los envoltorios de comida, dulces, chicles, etc. con el aire o con la lluvia llega a los ríos, donde se degrada en partículas pequeñas pero no desaparece, es una de las razones por la que muchos animales marinos están pereciendo.
Greenpeace insiste a los gobiernos, agudizar las campañas de poner la basura en los contenedores, conducta que ha sido aceptada por gran parte de la ciudadanía, aunque a veces sean los camiones recolectores los que no hacen bien su trabajo.
Este primero de septiembre por indicaciones del Papa Francisco, será un día de oración por el cuidado de la Creación, oremos sí, pero también re eduquemos en este importante hábito, en los hogares, escuelas y parroquias con nuestro ejemplo.

Hay que fomentar medidas de reutilización de materia prima, pero con solo colaborar en la recolección de plásticos, ya estaremos dando un gran paso hacia la recuperación de nuestra ciudad y nuestro planeta. ¡Hagámoslo!

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