¿Será posible tanta
insensibilidad masculina?
Por Antonieta B. de De Hoyos abril 2/16
Hace unos días recibí en mi
correo electrónico este escalofriante mensaje: ¿Qué opinas si te digo que en
caso de violación lo importante es deshacerse del bebé, y dejar al violador
libre? ¿Verdad que no es correcto? Pues eso es lo que podría suceder si se publica
la NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-046-SSA2-2005.
Violadores libres, mujeres abusadas y bebés abortados.info@conparticipacion.mx
Esta norma establece que las
instituciones de salud pública federal, deben eliminar por medio del aborto a
cualquier bebé, bastará con que la mujer afirme que fue violada, sin necesidad
de que denuncie al violador.
El aborto por violación no es la solución, por el
contrario empeora la situación de la
mujer, -ya de por sí bastante deshonrosa- como para además hacerla doblemente
víctima (violación y trauma al destruir a su propio hijo).
¿Será este uno de
los muchos logros femeninos del tercer milenio? ¿Levantarían su mano en signo
de aprobación las mujeres legisladoras?
Lo lamentable es que hay una
realidad que no podemos ocultar, un alto porcentaje de mujeres en su alocada
lucha por una liberación mal interpretada, exigen la igualdad con el varón en
toda circunstancia.
De repente la imagen de respeto que tenía el hombre hacia
la mujer cambió por completo, la publicidad no conforme con desnudarla y
mostrarla como símbolo sexual, la incentivó de tal manera que despertó en ella
instintos que Dios había dado al varón, y de conquistada pasó a conquistadora.
En la actualidad muchas
llevan el mando, su éxito laboral, profesional, político, las ha enceguecido.
Bebe, fuma, toma drogas, usa anticonceptivos, entra y sale de su casa a altas
horas de la noche o no llega en varios días, viaja con un amigo, vive con su
novio, hasta se atreve a probar aventuras sexuales dentro de lo prohibido. Tiene
hijos con diferentes padres y los abandona en cuanto le estorban. Es adicta a
las cirugías, a la moda y a las cosas extravagantes con tal de conservar el
protagonismo, la inmoralidad del mundo
del espectáculo es su guía.
Se alejó de Dios y olvidó su
misión principal en este mundo, formar un hogar y procrear con responsabilidad,
luchar por conservar la familia unida, educar con amor y realizarse como
persona en lo que más le guste, procurando no dañar a terceros con sus
decisiones.
Hace más de dos décadas
advertí sobre este cambio fatal en la sociedad, consecuencia de la
globalización de las ideas, en ese entonces eran pocas, pero el mal ejemplo
cundió.
Hoy muchas familias están destruidas, aunque persisten las
conservadoras y respetuosas de su fe donde se inculcan los más altos valores,
¡Gracias a Dios!.
¡No hay cosecha!, libertad
sin educación conduce al estéril desierto.
Exijamos a Gobernación la anulación
de toda comunicación que estimule la corrupción, nosotras en casa retomemos los
valores éticos y religiosos, protejamos como nunca antes a los hijos (as), sin
olvidar que si educas a una mujer,
estarás educando a centenares de hombres.
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