miércoles, 3 de julio de 2019


¿Sabes lo que significa desinformación?
En la actualidad existen diferentes formas de comunicarnos, entre ellas las más conocidas son el Internet, Instagram, Facebook, WhatsApp y otras que día con día se van incorporando. Es verdad que son muy eficientes, pero también son las responsables de desestabilizar con sus notas y noticias la tranquilidad de sus seguidores, sobre todo con esa cruel y extraordinaria manera de divulgarse.
Hoy los niños, adolescentes y adultos, llenamos a cada instante nuestro corazón y mente con una cantidad enorme de videos, en los que nos muestran a veces cosas que jamás imaginamos.     
Dicen que las personas asimilamos más rápido lo malo que lo bueno y eso, lo saben los mercenarios de la desinformación, gente sin escrúpulos que se aprovecha de esta debilidad humana para falsear las verdades, con el único fin de obtener ganancias fabulosas sin importarles el daño que causen en la salud de sus seguidores.   
Mientras más tiempo pasamos en las redes sociales más dinero gana la empresa que desinforma, ellos están seguros de que lo exagerado y escandaloso es lo que más se vende. Los periódicos de largo tiraje venden varios millones de copias, mientras que en Facebook son mil millones de personas las que lo leen a diario.
Líderes mundiales usan la desinformación como arma y como manual de política, ya que con sus mentiras dividen y vencen a gobiernos y empresarios. Existen países muy poderosos que utilizan a una legión  de empleados para crear millones de cuentas falsas, por ejemplo un canal en YouTube que acapara casi dos mil millones de visitas diarias.
La desinformación provoca violencia justiciera, es la culpable de que muchas naciones en desarrollo y del tercer mundo sufran la muerte de los más desprotegidos. Esas noticias inexistentes apoyan a líderes sinvergüenzas que realizan acciones delictivas, con el fin de destruir la confianza en los medios de comunicación tradicionales, en instituciones democráticas y en los políticos de prestigio; convirtiéndose así en una amenaza para el mismo pueblo.   
Es una deplorable estrategia política en los medios de comunicación que polariza y destruye a las sociedades. Las páginas de falsos activistas llegan incluso a alcanzar más seguidores que las organizaciones oficiales de esos movimientos.
Pensamos que nunca caeremos en estas mentiras, pero los estudios demuestran que hasta las personas más educadas damos crédito a esas falsedades y que los mayores de 65 años somos más propensos a compartirlas.
La desinformación infunde desconfianza, miedo y muestra un mundo que no es real, por eso debemos investigar a fondo la ética de la fuente que la propaga. La falsedad divulgada corrompe valores morales y religiosos, destruye las buenas costumbres en los hogares y en la sociedad conservadora, hoy para nuestra desgracia también se desinforma en lo concerniente a las ideologías de género, sin importar la edad del lector.  
Luchemos contra la desinformación, despertemos conciencias y apliquemos criterios, las generaciones jóvenes y nosotros nos merecemos un mundo de calidad.
Antonieta B. de De Hoyos.                                       7/3/19.

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