¿Sabes lo que significa
desinformación?
En la actualidad
existen diferentes formas de comunicarnos, entre ellas las más conocidas son el
Internet, Instagram, Facebook, WhatsApp y otras que día con día se van
incorporando. Es verdad que son muy eficientes, pero también son las
responsables de desestabilizar con sus notas y noticias la tranquilidad de sus seguidores,
sobre todo con esa cruel y extraordinaria manera de divulgarse.
Hoy los niños,
adolescentes y adultos, llenamos a cada instante nuestro corazón y mente con
una cantidad enorme de videos, en los que nos muestran a veces cosas que jamás
imaginamos.
Dicen que las personas
asimilamos más rápido lo malo que lo bueno y eso, lo saben los mercenarios de
la desinformación, gente sin escrúpulos que se aprovecha de esta debilidad
humana para falsear las verdades, con el único fin de obtener ganancias
fabulosas sin importarles el daño que causen en la salud de sus seguidores.
Mientras más tiempo pasamos
en las redes sociales más dinero gana la empresa que desinforma, ellos están
seguros de que lo exagerado y escandaloso es lo que más se vende. Los
periódicos de largo tiraje venden varios millones de copias, mientras que en
Facebook son mil millones de personas las que lo leen a diario.
Líderes mundiales usan
la desinformación como arma y como manual de política, ya que con sus mentiras dividen
y vencen a gobiernos y empresarios. Existen países muy poderosos que utilizan a
una legión de empleados para crear
millones de cuentas falsas, por ejemplo un canal en YouTube que acapara casi
dos mil millones de visitas diarias.
La desinformación provoca
violencia justiciera, es la culpable de que muchas naciones en desarrollo y del
tercer mundo sufran la muerte de los más desprotegidos. Esas noticias inexistentes
apoyan a líderes sinvergüenzas que realizan acciones delictivas, con el fin de destruir
la confianza en los medios de comunicación tradicionales, en instituciones
democráticas y en los políticos de prestigio; convirtiéndose así en una amenaza
para el mismo pueblo.
Es una deplorable estrategia
política en los medios de comunicación que polariza y destruye a las sociedades.
Las páginas de falsos activistas llegan incluso a alcanzar más seguidores que las
organizaciones oficiales de esos movimientos.
Pensamos que nunca
caeremos en estas mentiras, pero los estudios demuestran que hasta las personas
más educadas damos crédito a esas falsedades y que los mayores de 65 años somos
más propensos a compartirlas.
La
desinformación infunde desconfianza, miedo y muestra un mundo que no es real, por
eso debemos investigar a fondo la ética de la fuente que la propaga. La
falsedad divulgada corrompe valores morales y religiosos, destruye las buenas
costumbres en los hogares y en la sociedad conservadora, hoy para nuestra
desgracia también se desinforma en lo concerniente a las ideologías de género, sin
importar la edad del lector.
Luchemos
contra la desinformación, despertemos conciencias y apliquemos criterios, las generaciones
jóvenes y nosotros nos merecemos un mundo de calidad.
Antonieta
B. de De Hoyos. 7/3/19.
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