miércoles, 1 de mayo de 2019


¿Qué me pasa mientras medito?
Cuando me inicié en el camino de la superación personal, decidí elaborar mis propios programas de radio y artículos para la prensa, para ello tuve que leer muchos libros con  diferentes temas ya que debía acrecentar mis conocimientos, para poder sacar mis propias conclusiones sobre el diario acontecer.   
Fue en uno de tantos libros, que por primera vez me relacioné con la práctica de la meditación, mi curiosidad me llevó a introducirme en ese mundo casi mágico de la reflexión. Desde entonces aunque no tan a profundidad, hago una pequeña meditación cada anochecer al acostarme, yo lo considero como un recuento de las acciones realizadas que  me permite evaluar y saber con exactitud mis aciertos y errores.  
Desafortunadamente aún existe mucha gente que no realiza esta práctica, porque ignora que meditar mejora la calidad de vida y del sueño reparador, a veces hasta equilibra la medicación por enfermedad crónica.
La sensibilidad artística y creativa de las personas se perfecciona, al igual que la salud psicológica con marcados efectos benéficos sobre trastornos de ansiedad, depresión, estrés y fobias. Las migrañas, el insomnio y el estrés disminuyen considerablemente, la rehabilitación luego de sufrir accidentes se recupera de manera increíble, al igual que en el caso de adicciones.
Los estudios realizados sobre la meditación, aseguran que a través de ella se adquiere el poder de cambiar nuestro cerebro, porque activa algunas zonas asociadas a los sentimientos de empatía, compasión y amor altruista.
El miedo se reduce y ayuda a detener el proceso cancerígeno.  La alta presión sanguínea se aleja sin importar edad y lo mejor, las personas que la practican viven más y son más felices. Durante la meditación nuestra esperanza se engrandece, el estado de relajación previo al sueño se eleva, dándonos una sensación de unión entre el cuerpo y la mente. La meditación le da calidad a nuestro pensamiento en el cerebro y mejora nuestra salud.
En la actualidad los médicos quieren saber cuánta meditación se necesita para renovar la salud, porque aunque no soluciona todo, si es un hábito que vale la pena cultivar.
Al meditar no se requieren posturas legendarias como nos muestran en la tele, ni recitar mantras orientales. Lo más importante es darnos cuenta que no estamos adorando a ninguna deidad, no es un acto religioso, se trata solo de estar conscientes de lo que se siente y se vive en ese preciso momento.
Después del ajetreado día, es requisito indispensable para meditar un espacio tranquilo, acostumbrar un horario lejos de ruido, dejar de lado las prisas y los compromisos para  después cerrar los ojos, respirar profundo y gozar a plenitud la existencia.  
Escribo lo anterior porque eso es lo que siento cada vez que medito, la oscuridad se desvanece para dar paso a mis oraciones y así con esa serenidad, ver con alegría el amanecer de otro nuevo y bendito día.
Antonieta B. de De Hoyos.                      5/1/19              

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