miércoles, 12 de diciembre de 2018


Un regalo de fin de año.  
No necesito decirlo, es obvio que me gusta leer, pues no pasa una noche o un día sin que yo lea un libro, un periódico, una revista: a lo mejor es mi curiosidad innata o, el  que he encontrado en la lectura además de una fuente de aprendizaje, un espacio de solaz esparcimiento.
Cada mes disfruto las historias y noticias de Selecciones y esta vez en la última edición del año, me encontré un magnifico artículo que me pareció formidable compartirlo.
Se trata de encontrar las cinco facetas que posee la gente inmensamente feliz, de acuerdo con este escrito todos tenemos a nuestro alcance la felicidad, pero por descuido nos hemos  concentrado más en las cosas y placeres.  
La primera faceta consiste en retomar la vida espiritual, darle a nuestra vida un sentido, un propósito que nos coloque en el aquí y el ahora. Es preciso dejar de pensar en el pasado, no angustiarse con el presente, ni morir en vida atemorizados por el futuro.
La segunda faceta es dar prioridad a la salud del cuerpo, con ejercicio, buena nutrición y un sueño tranquilo para conservarse sano.
La tercera faceta es la intelectual, nunca perder el interés por  aprender y leer, porque  en el momento menos esperado conocemos algo que nos ayuda a ser mejores personas.
La cuarta faceta son las buenas relaciones interpersonales, esmerarse en dar cariño a familiares, amigos y a los que nos encontremos en nuestro caminar.
La quinta faceta es el control de las emociones, afrontar las dolorosas y conservar por siempre en el corazón las placenteras.
Después de leer este artículo, me di tiempo para reflexionar sobre mi estado actual y creo saber ya porque me siento plena. El paso del tiempo me ha enseñado a valorar lo que de verdad vale y a dejar atrás las cosas materiales que  me angustiaban al no poder obtenerlas.
Mi vida espiritual se ha encaminado hacia Dios, cada vez tengo menos miedo a morir y de padecer alguna enfermedad, sé que mi espíritu se fortalecerá con la oración.
De acuerdo a las más recientes  investigaciones la felicidad se centra en aprender a elegir bien y a conciencia, cada cosa que hacemos. Lo cierto es que la mayoría de las veces buscamos la felicidad en el lugar equivocado, en el éxito personal o en acumular riqueza,  es hasta pasados los años que nos damos cuenta de que no está ahí.  
La felicidad reside en otros aspectos como por ejemplo: en conservar la salud alejándonos de vicios y malas compañías, en mirar hacia nuestro interior cada anochecer, a sentirnos satisfechos de lo realizado durante el día, a mirar a nuestro alrededor y comprobar que no hemos dañado a nadie, a buscar el por qué me hace dichoso lo que hago.
La persona que medita antes de dormir se contacta con la divinidad y goza en su interior de la máxima felicidad.  ¡Año nuevo, vida nueva! agradezcamos la oportunidad de vivirlo.   
Antonieta B. de De Hoyos.                      12/12/18.

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