Esta vez no te
equivoques.
Dice el Papa Francisco “¡Por favor, no mundanicemos la Navidad!” quedándonos
en los esplendores de arbolitos, luces,
regalos y comilonas, porque actuando así esta fiesta será tiempo perdido. “Desgraciadamente”
muchos pueden equivocarse de fiesta y preferir “las cosas de la tierra” a las
“novedades del Cielo”.
La publicidad invita a
intercambiar regalos, siempre tan novedosos que sorprenden.
Pero ¿Es esta la
fiesta que agrada a Dios?
Abramos nuestro corazón para estar dispuestos a las más
bellas sorpresas de la Navidad, que deben significar una nueva época en la vida
de cada uno de nosotros, en la que no se vive para uno mismo sino para Dios,
por eso decimos “Dios con nosotros”.
El nacimiento de Jesús es
el triunfo de la humildad sobre la arrogancia”, de la sencillez sobre la
abundancia, del silencio sobre el escándalo.
Es necesario darse tiempo para
detenerse frente al nacimiento y en silencio escuchar la voz de Dios, fuera de esos
ruidos consumistas que impiden descubrir la belleza de la natividad.
“Sólo se vive la
Navidad si encontramos la luz en la humildad del pesebre, no será Navidad si no ayudamos por lo menos a un pobre, que se
asemeja a Dios”.
Nochebuena y navidad
2018. (Adaptación) .
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