Marcha contra la
irresponsabilidad.
El anuncio de la
despenalización del aborto ha descontrolado por entero a la sociedad, y aunque
en lo personal no estoy de acuerdo con esa disposición legal, si creo que con
ella se dará paso a que cientos de personas sin escrúpulos, se liberen de un
ser inocente que no pidió venir en esas terribles circunstancias.
Desafortunadamente el
número de niñas, adolescentes y mujeres jóvenes embarazadas va en aumento, negativa
actitud que además contribuye a la sobrepoblación del planeta. Claro que es
necesario y urgente educar en la responsabilidad, pero no solo a las mujeres
sino a toda la familia, comenzando por los padres que dentro de su ignorancia se
tornan permisivos, dejando a sus hijos en completa libertad para realizar
actividades de alto riesgo.
Primero fue la
inocentada de los “juevebebes, después los bebeviernes y ahora los sabadrinks”,
los que han llevado a millones a las barras de los bares para culminar años
después en un tremendo alcoholismo.
Pronto esta promoción
al vicio de la bebida se hizo extensa a las mujeres, por lo que hoy es normal que
en esos lugares ellas beban a la par con los varones. Para completar el cuadro,
llegan las telenovelas y películas con imágenes de sexo tan explicitas, que
despiertan los instintos de manera prematura en los adolescentes, los que como abejas a la miel buscan experiencias más intensas.
De repente en las
preparatorias y universidades la pregunta de moda fue ¿eres virgen? La
privacidad se vio invadida con la sugerencia de las más atrevidas.
Probablemente me ayudó mi
profesión de educadora, porque al darme cuenta de estos cambios drásticos en la
sociedad, decidí platicar a temprana edad con mi hija sobre su desarrollo
físico y mental que la llevaría a convertirse en toda una mujer, sin faltar las
recomendaciones que creí pertinentes sobre la forma en que debería protegerse de
las malas amistades.
Años más tarde conversé
con mis adolescentes varones, a lo mejor fui muy dura con ellos, pero les
advertí que si se involucraban en un embarazo, dejarían de disfrutar de sus
privilegios juveniles y responderían como hombres; se irían a vivir a su nueva
casa o, con la familia de la novia.
Es verdad que las
madres debemos inculcar principios y valores en los hijos, pero también el
padre debe respaldarlos mostrándose rígido en el manejo de sus conductas. En un
embarazo inesperado también él es responsable, por no haberles enseñado a su
debido tiempo la enorme responsabilidad que exige el engendrar.
Alguna vez leí que nuestros antepasados
valoraban en mucho la nobleza, la sangre, la estirpe de la familia y que lo más
deshonroso para un hombre era no saber dónde la había sembrado.
Por eso creo y aseguro
que despenalizar o no el aborto no es tema social, porque vivir la vida buena
como Dios manda radica en nosotros, en la
educación que con esmero demos en el hogar.
Antonieta B. de De
Hoyos 9/10/18
No hay comentarios:
Publicar un comentario