lunes, 28 de mayo de 2018


Por qué las parejas ya no quieren tener  hijos.
En la actualidad ha ido en aumento la cantidad de parejas que ya se plantean no tener  hijos, obligados por el futuro que nos ofrece el cambio climático. Y aunque es una teoría que aún no consta de demasiados estudios que la avalen, ya empieza a circular un extenso reportaje repleto de testimonios personales.
Hombres y mujeres consideran que dadas las previsiones de futuro que existen debido al cambio climático, no es sensato traer más niños al mundo. A la fecha solo hay una organización que estudia y recoge evidencias, sobre la manera en que esta afirmación afecta a la reproducción humana y aunque no se trata de un impedimento físico, si lo provoca la proliferación de anuncios alarmantes que alteran la cotidianidad.
Estas informaciones influyen mucho en personas jóvenes y adultas, al momento de decidir ser padres o no. Algunos piensan que traer un bebé al mundo en estas condiciones es una irresponsabilidad,  porque ya somos demasiados los habitantes. Las multitudes, la contaminación y la escasez de recursos naturales son la prueba.
Otros deciden no tener hijos por el miedo a las penurias futuras que les  esperan, si se confirman los peores pronósticos. Hay quienes llegan a desafiar su religión y en lugar de reproducirse mejor adoptan. Una gran mayoría opta por tener un solo hijo para no contribuir a la sobrepoblación, pero también están aquellos que deciden tener otro para que el primero no viva solo en un mundo hostil.
Dios dijo: “Creced y multiplicaos” poderoso mandato que programa a los humanos para la procreación aunque muchos lo niegan, pero se ha comprobado que en nuestros genes se encuentra el don de la paternidad y de la maternidad, solo que ahora el instinto de supervivencia conduce a proteger a los hijos de los horrores futuros.
También se nos ordena “Proteger la creación”  y eso es lo que hemos descuidado. Lo que realmente apremia, es ejercer la tarea de educar a las generaciones venideras en el respeto y cuidado del medioambiente. Labor que se toma muy en serio en los estudios que realizan  numerosos países, relacionados con la caída de la natalidad.
La vida laboral y familiar se ha complicado, la exagerada promoción a la vida frívola nos induce a relegar deberes, a crecer en el desconocimiento total de los valores éticos, morales y lo más triste a olvidarnos de Dios; factores que influyen mucho a la hora de decidir engendrar o no.
Lo peor es vislumbrar un mundo de adultos mayores, donde no habrá mano de obra ni cuidados amorosos para los ancianos, obligados además a vivir en un espacio de silencio donde no se escuchen las risas y llantos de los niños. Creo que llegó la hora de despertar y educar, para  recuperar al ser humano y a su planeta.
Antonieta B. de De Hoyos                          5/30/18

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