Amar la soledad.
Antonieta B. de De
Hoyos
5/12 /18.
A un buen número de personas en ocasiones nos
encanta disfrutar de la soledad, a pesar de que todavía nuestra sociedad no le
dé la importancia que se merece. La mayoría ignora su auténtico significado de
amor por la vida y piensan que, quienes la practican son personas frías.
A través de los años en lo personal, cada
vez que he preferido quedarme en casa para
disfrutar de mi soledad, no ha faltado quien me tilde de amargada. ¿Por
qué la gente le teme a la soledad? La verdad es que somos pocos los que encontramos
compañía con uno mismo.
A la soledad se le ha etiquetado de tal
manera, que todos quieren evitarla y si les es posible se alejan de los que la
ponderan y practican. Lo que no saben es que, el estar solos en nuestra propia
compañía es un signo de madurez, inteligencia emocional y un nivel elevado de
amor por nuestra persona, misión de vida a la que aspiramos llegar como seres
humanos.
Estar solo es estar contigo, es ser sincero,
porque se necesita de mucho valor para enfrentarte a ti mismo, a tus miedos, a
los temores que se originan en la soledad. Y dependiendo de la forma en que los
manejemos, podemos volvernos mejores personas.
He leído, que todo aquel que es capaz de convivir con la soledad
y escuchar su corazón, es dueño de su libertad emocional. En este siglo
caótico, donde todos tratan de estar afuera, en el ruido en la algarabía; ser
libre emocionalmente es un tesoro y vivir con estas características, el más preciado
de los bienes. Los que disfrutan de su soledad se respetan a sí mismos y a los
que aman, valoran el silencio y saben que decir y cuando callar.
Cuando amas la soledad te conviertes en
mejor pareja, porque la soledad permite ese espacio tan valorado por muchos y tan
demandado por otros. A los que nos gusta y necesitamos pasar tiempo con
nosotros mismos, nos permite conocernos mejor.
La soledad nos conecta con nuestra esencia,
con la mejor versión de nosotros mismos, la soledad nos muestra que existen cosas
más importantes y que no somos el centro del universo. Estar solos permite
entender y aceptar la vida como tal para sentirse mejor, aprendemos que nada es
para siempre, ni el éxito ni el fracaso, una persona que ama pasar tiempo
consigo mismo, regala espacio por donde va.
La soledad elegida es realmente bella, porque
cuando nos alejamos del ruido social disfrutamos el tiempo a plenitud, espacio que
depende únicamente de nosotros mismos.
“El hombre que quiere
contemplar frente a frente la gloria de Dios en la tierra, debe contemplar esta
gloria en la soledad”. -Edgar Allan Poe-
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