miércoles, 1 de marzo de 2017

¡En tiempo de crisis...!
Por Antonieta B. de De Hoyos                                                      marzo 4/17
Tonieta59@yahoo.com.mx

Para nadie es un secreto que la palabra más escuchada después de iniciado el milenio es “crisis”. Constantemente los diferentes medios de comunicación, radio, prensa, tele- visión e internet, nos bombardean con la “crisis financiera, alimentaria, inmobiliaria, ambiental”, pero esa negativa influencia no termina ahí, también se filtra hasta los hogares en donde se sufren crisis familiares, divorcios, familias disfuncionales, rebelión de los hijos, infidelidad, crisis de la personalidad y muchos otras complicaciones.
Lo raro es que en el pasado y aún ahora, muchas personas salen victoriosas de estas crisis, ¿cómo es que lo logran?. Antes que nada dejan atrás el miedo al fracaso, y se adentran en la esperanza de un futuro lleno de éxito.
Desafortunadamente, una gran mayoría desconoce que a las crisis se les debe enfrentar, y que éstas no duran para siempre, son tan solo espacios duros que nos sacan de la comodidad, pero al final dejan grandes aprendizajes.
El miedo y la fe tienen algo en común, ambos ofrecen un porvenir incierto, ese algo que nos inquieta a pesar de que aún no ha sucedido. ¿Pero acaso hay alguien que tenga la vida segura? El miedo, es una emoción negativa, en cambio la fe, es rica en energía positiva.
Entonces ¿Por qué no elegimos la fe y evitamos que el miedo arruine nuestra felicidad? La vida moderna como consecuencia de la globalización, presenta situaciones cada vez más adversas, por lo que nos vemos obligados a elegir uno de los dos caminos, jamás se podrá estar en los dos a la vez. Lo mejor es reconocer que nuestro futuro depende de la voz que escuchemos, porque esa, es la que nos llevará al éxito o al fracaso.
No dejemos que el miedo nos paralice, tenemos que echar a andar nuestra imaginación y esforzarnos en ampliar nuestros conocimientos y habilidades. Alejemos a como dé lugar los pensamientos pesimistas, no nos auto-limitemos, mucho menos caigamos en pánico, es indispensable serenarnos, llenarnos de fe y de esperanza.
Ahora ya nada es fácil, la lucha por la supervivencia se ha tornado peligrosa, ya no podemos darnos el lujo de despilfarrar agua, alimentos, tiempo ni dinero. Hay que combatir todo lo que amenace con destruir nuestra vida, salud, matrimonio, familia, negocios y cualquier cosa que altere nuestro estado de ánimo.
Sin lugar a dudas, la mejor opción es confiar en Dios, Él es el único que puede darnos la victoria; no más titubeos, recuerda, que lo que no mata fortalece. Activemos la imaginación y la creatividad, urge encontrar nuevas ideas y nuevas oportunidades, busquemos espacios de libertad en los que podamos pensar.

“En tiempo de crisis la cuaresma es un oasis”. 

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