¿Has oído hablar de San José?
Por Antonieta B. de De
Hoyos enero 9/15
A veces me pregunto ¿por qué?
entre los católicos, no se difunde la vida de San José como debe ser, si su
misión como protector de la Sagrada Familia fue tan relevante, no olvidemos que
fue Dios mismo quien le confió la custodia de su Hijo y de su Madre Santísima.
San José también fue elegido y como tal, recibió de Dios unos dones especiales
para que cumpliera su misión, como hijos de Dios todos recibimos esos dones,
pero depende de nosotros el acercarnos a la gracia para hacerlos producir. Él
siempre estuvo en gracia por se le llama “Varón
justo”.
Se desconoce el motivo por el
cual la iglesia desde tiempos inmemoriales, ha enfatizado más en la paternidad
divina de Jesús, aún y cuando santos como San Agustín, San Jerónimo y San Juan
Crisóstomo en sus épocas lo mencionan. Para celebrarlo Sixto IV en su
pontificado lo introdujo en el calendario Romano el 19 de marzo, mientras León
XIII, Juan XXIII, San Juan Pablo II y el actual Papa Francisco, reconocen su
importancia como protector de la iglesia y como modelo de vida; recientemente
se pide sea nombrado en todas las plegarías eucarísticas.
Es muy triste que en las clases de catecismo, no se
invite a los niños ni a sus padres a leer su biografía, ya que fue un padre ejemplar que escuchó el
mensaje del Ángel, creyó en Dios y aceptó su voluntad. San José dedicó su vida entera a proteger a
su familia y a ser el mejor educador para su hijo; si él hubiera fallado Jesús
no hubiera crecido en el conocimiento de las Sagradas Escrituras, ni en su
corazón hubieran surgido las virtudes humanas y sobrenaturales, tampoco hubiera
florecido su inmenso amor al prójimo, su espíritu de servicio y su obediencia
total a Dios.
Es preciso que en las
parroquias se dé a conocer la vida de San José y de ser posible, ensalzar sus
virtudes, al momento que un hombre se compromete en matrimonio; no estaría de
más que durante el sermón se difundiera lo valioso de su presencia en la
historia de la salvación. Fue un hombre de carácter que solo se doblegó ante
los designios de Dios, algunos lo conocen como el “santo del silencio”
porque no se han encontrado palabras dichas por él, pero sí muchas acciones en
las que queda de manifiesto su honestidad.
San José, debe hacerse
presente como el máximo exponente cristiano en estos tiempos modernos, donde
los placeres mundanos y la falsedad perturban y conducen a mucha gente, a
prometer a Dios lo que luego sin remordimiento alguno, incumplen.
Nos asombra la inmoralidad
que se ha popularizado dentro de las familias, pero nos negamos a reconocer que
es consecuencia de la escasa formación religiosa inculcada a los padres,
durante su niñez. Hablemos a nuestros hijos sobre el honor de la palabra dada y
el deber ineludible de proteger a la familia hasta el final, como lo hizo San
José.
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