sábado, 23 de enero de 2016

Primero se permite y luego se castiga.  
Es triste reconocer que los gobiernos en todo el mundo andan de cabeza, derogan leyes importantes y formulan otras innecesarias o que van en contra de las normas, que deben regir a una sociedad de calidad.
Una de ellas es la novedosa ley promulgada en el estado de Texas USA, que facilita la compra de armas y permite además portarlas al descubierto. Meses atrás cuando se anunció que entraría en vigor al inicio del 2016, provocó una gran polémica en ambos lados de la frontera.
Los medios de comunicación como la televisión y el internet han divulgado asesinatos masivos en diferentes ciudades estadounidenses, unos contra alumnos y maestros en las aulas y jardines de escuelas, otros contra ciudadanos que transitan por la calle, los menos en restaurantes y en eventos deportivos.
Ante estos hechos sangrientos la sociedad en general se siente intimidada, porque aunque no seamos residentes de ese país lo visitamos con frecuencia, ya sea como compradores o  turistas. Es natural intranquilizarse al ver acercarse o entrar en algún negocio a una persona armada, ya que existen las probabilidades de que en cierto momento su temperamento se altere y agreda a los presentes.
Estados Unidos, es un país donde los fabricantes de armas son muy poderosos, por todos es sabido que sus ventas multibillonarias les permiten en ocasiones, ejercer presión sobre decisiones que toman gobernantes, políticos, legisladores, incluso el presidente.   
En la actualidad en muchos de sus estados, se puede traer un arma en la guantera del auto, razón por la que los agentes de seguridad deben estar prevenidos al extremo y a un movimiento en falso de inmediato disparar. La ignorancia y la pobreza llevan a la desesperación, instantes en que se pierde  la noción y el  respeto por la  vida.
En México sucede lo contrario, en las ciudades grandes y pequeñas el ejército organiza campañas para canjear armas por un poco de dinero, con el deseo de disminuir el delito. Pudiera ser que como prevención a un asalto se permita tener una en casa, pero debe ser de bajo calibre y registrada, cuidando que no esté al alcance de niños ni adolescentes.
A veces pareciera que el capitalismo asfixiante que abate al mundo, tuviera como consigna diezmar a los que menos tienen, tratar de que sean ellos mismos, los que no aportan nada y que necesitan de todo -agua, alimentos, vivienda, empleo, educación-  los que se asesinen con esa cantidad descomunal de armas sembradas en las calles.
Lo curioso es que recientemente escuché en un programa de noticias en USA, que se exigirá un examen psicológico exhaustivo a los compradores y se penalizará con mayor dureza al que haga uso de su arma… ¿?

Antonieta B. de De Hoyos                                enero 23/16

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