viernes, 10 de julio de 2015


“El Punto Dios”

Primero debo decirles que admiro y sigo con bastante interés, la mayoría de los escritos de Leonardo Boff; Teólogo, filosofo, escritor, profesor, ecologista brasileño, uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, autor de este artículo que a continuación adapto para poder compartirlo con ustedes, y que se encuentra dentro de las páginas del más reciente ejemplar de la revista “La Buena Noticia”.

En esta ocasión, hace referencia a la importancia de que el nivel educativo se actualice por los dos grandes cambios que están ocurriendo en la Tierra: la aparición de la comunicación global vía internet y redes sociales, y la gran crisis ecológica que pone en peligro el sistema-vida y el sistema-Tierra, con probabilidades de desaparecernos.

Para impedir este apocalipsis la educación debe ser otra muy distinta a la actual, ya no basta el conocimiento, necesitamos una nueva conciencia, una nueva mente y un nuevo corazón. Se ha comprobado que una persona puede informarse toda su vida, sin alcanzar la educación. Es apremiante reeducarse: aprender a cuidar y aprender a  espiritualizarse.

Hace 200 mil años surgió el homo sapiens con su cerebro neocortical, pero 200 millones de años antes, cuando aparecieron los mamíferos surgió el cerebro límbico y fueron estos los que introdujeron en el mundo el amor, el cuidado y ese sentimiento tan especial que dedican a su cría. Los humanos hemos olvidado que somos portadores de emociones, pasiones y afectos, y que es en el cerebro límbico donde reside el nicho de la ética de los sentimientos religiosos.

Pero lo trascendente hoy, es que tenemos que enriquecer nuestra razón intelectual (saturada de conocimientos) con la razón cordial que es mucho más antigua, (reconocer la verdad y la justicia a través de afectos y sentimientos), si queremos ejercer el cuidado y la espiritualidad. 

La espiritualidad es una dimensión inherente al ser humano como la razón, la voluntad y la sexualidad, es el lado profundo de donde surge el sentido de la vida y del mundo.    En estudios realizados por eminentes neurólogos, estos concluyen que cuando el ser humano se introduce en el sentido de lo Sagrado y de Dios, hay una aceleración sensible de las neuronas del lóbulo frontal, a esto le llamaron Punto Dios en el cerebro, es una especie de órgano interior por el cual captamos la Presencia de una Energía poderosa y amorosa que une y  reúne todas las cosas.

Alimentar ese Punto Dios nos hace más solidarios, amorosos y cuidadosos, Él se opone al consumismo y materialismo en el que vivimos. Por eso es indispensable que todos, adultos, niños y jóvenes, seamos iniciados en esta espiritualidad que nos vuelve más sensibles hacia los demás, más ligados a la madre Tierra, a la naturaleza y al cuidado de lo que nos rodea. Sin  estos valores nuestro futuro es incierto, es necesario retomar  la Inteligencia cordial y la espiritualidad, yo agregaría también, el gozo de la antigua y bella costumbre de pronunciar cada día con fervor, una  sencilla y amorosa oración.

Por Antonieta B. de De Hoyos                                               julio 11/15

 

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