Tips para disfrutar la
primavera y el verano.
Entre fríos repentinos
y calores inesperados, llega la primavera y nos anuncia la cercanía del verano.
El incremento en las facturas eléctricas, en las de agua potable, y el deseo de
no dañar al medio ambiente, nos exige prepararnos para contrarrestar la ola de
calor, de la manera más natural y económica posible.
Lo primero que debemos
hacer es usar ropa fresca y adecuada, lo que no significa andar semi desnudo ni
fachoso, sino buscar prendas que combinen algodón con un mínimo de polyester.
Quedan fuera las corbatas y el traje completo para los caballeros y para las
damas las pantimedias de nylon. Vestidos así podemos evitar el uso del aire
acondicionado o bajarle un grado que equivale a 7 % de ahorro de energía.
Beber agua y darse una
ducha rápida reduce la sensación de calor, así como el comer ensaladas, frutas,
verduras o sopas frías, evitando en lo posible el uso de hornillas y horno. Si se dejan las ventanas abiertas, entrará el
calor de afuera, si se cierran conviene cubrirlas con persianas, cortinas gruesas, postigos de
madera o toldos, en especial las que queden para el lado del sol de la tarde. Lo
ideal sería plantar un árbol alejado de la construcción.
Los ventiladores de
techo, de pedestal, de ventana, nos hacen sentir 4 grados más frescos, pero no
hay que olvidar apagarlos al salir de la estancia. Ayuda mucho abrir las
ventanas en la noche o en las horas de menos sol, para forzar una ventilación.
Los focos además de
emitir luz dan calor, los ahorradores calientan 75% menos. Se recomienda apagar
los electrodomésticos que no se usan. El aislamiento en un edificio mantiene
fresco el interior, ésta es la mejor inversión y puede comenzarse por las
ventanas y el portal o techo, porque es por donde mas fuerte pega el sol.
Tener árboles de hoja
caduca a los lados de la casa por donde sale y se pone el sol, nos dará sombra
en verano y en invierno cuando sus ramas están desnudas, dejan pasar el calor
solar. Los árboles o arbustos, en zonas de altas temperaturas son un refugio.
Si no queda más remedio
que usar el aire acondicionado, que sean los modelos de mayor eficiencia
energética y de tamaño acorde a las necesidades de la habitación. Limpiar el
filtro y darle mantenimiento anual, para que no pierda su capacidad y derroche
energía.
Pero lo mejor es
disfrutar la temporada veraniega, como lo hicieron nuestros abuelos, pasando las tardes y noches calurosas reunidos
en familia, con una jarra de agua fresca, rebanadas de sandia, paletas de hielo
y una buena charla; en el patio, en el portal o la banqueta de la casa.
Antonieta B. de De
Hoyos Marzo/29/ 14
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