martes, 15 de abril de 2014


¿Como somos?

Por Antonieta B. de De Hoyos      Abril 19/14

Este sábado de Gloria para los cristianos debe tener un propósito: vivir el esplendor de la fe en el maravilloso instante de la Resurrección de Jesús. Los tiempos indiscutiblemente han cambiado, la mezcla de muchas doctrinas religiosas antiguas y modernas le han dado otra perspectiva a la vida espiritual del individuo. Se han introducido en su mente múltiples relatos, opiniones y testimonios relacionados con sus creencias, al grado de poner en duda lo aprendido.

De todas formas lo mejor que ha podido sucederle a la humanidad, es que entre tanta información siga prevaleciendo el divino mandamiento de Jesús: “Amarás a un solo Dios con toda tu fuerza y a tu semejante como a ti mismo”.  Si lo hiciéramos efectivo no habría guerras, discriminación, muertes de inmigrantes, familias desintegradas, abortos, abusos sexuales, asesinatos y demás degeneraciones de la conducta humana que en estos momentos nos agobian.

Algunos cristianos de hoy tienen una manera de vivir confusa, cómoda, placentera, a conveniencia, distanciados de toda ley y sin preocuparse. Ejercen conductas equivocadas que el cristianismo cataloga como pecados, por ejemplo: los casinos de juego están llenos las veinticuatro horas del día, ahí se dilapida dinero que podría ocuparse en obras de beneficencia; el abuso de drogas legales o ilegales; el consumo de bebidas  alcohólicas, el aceptar como normal el amasiato y la práctica sexual de fin de semana. Se olvida y se falta al respeto al compromiso contraído en cada Sacramento: bautismo, primera comunión, confirmación y matrimonio. 

En la actualidad la situación de gran cantidad de cristianos ya no es solo falta de fe, sino de lealtad a aquél, que en un momento de euforia le dijiste… “estoy contigo”.

Los primeros cristianos vivían de manera diferente a los paganos, hoy ya no se sabe quién es quién. Aquella curiosidad que provocaban los cristianos en los paganos se ha apagado. ¿Cuál es ese Dios en el que tanto confían? ¿Cuál es esa religión que les lleva a desdeñar al mundo y a despreciar la muerte? ¿Cuál es esa fuerza interior que les permite rechazar la superstición, los juegos de azar, las tentaciones carnales? ¿Cómo hacen para no admitir otros dioses como el placer, el dinero, la fama, el poder? ¿Cómo surge ese amor entre ellos? 

El mundo ahora ofrece mucho más tentaciones que debemos vencer con la fe y la oración. La vida de muchos de los que presumen ahora de cristianos, se parece cada vez más a la de los antiguos paganos, al darle preferencia a los criterios humanos dominados por el egocentrismo y el materialismo.

Regresemos a las verdades basadas en la revelación del Hijo de Dios, vivamos con intensidad nuestra fe, seamos coherentes, causemos admiración y sigamos en la lucha.

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