viernes, 21 de marzo de 2014


A temblar se acercan las lluvias.

Hace ya casi un año, de la inundación que cubrió buena parte de nuestra ciudad el 14 de junio pasado. Aquella noche en pocas horas, una copiosa lluvia desbordó los arroyos que cruzan la ciudad y desembocan en el Rio Bravo.

Las causas ya conocidas por todos, fueron  la  indebida construcción de bardas, casas y hasta un jardín de niños dentro de algunos de los cauces, a lo que tenemos que agregar la maleza crecida y la cantidad de basura que había en otros. Miles de familias perdieron una parte o el total de su patrimonio, algunas superaron la situación tolerando carencias, otras se vieron en la necesidad de emigrar al no contar con la solvencia económica para reconstruir.

Ofrecer un seguro contra desastres naturales como compensación en el pago del predial, no es suficiente, sobre todo si ponemos atención a la cláusula del final, que por lo regular en letras muy pequeñas viene en todo contrato. Un seguro contra desastres naturales jamás cubrirá el total de la pérdida, porque las agencias aseguradoras se las ingenian para reponer lo dañado con algo semejante y para calcular el valor de acuerdo con el tiempo de uso del inmueble; lo que significa que con el dinero que recibes de la póliza, no te recuperas.

Estamos en el mes de marzo y si el cambio climático no dispone otra cosa, será durante los meses de mayo, junio y septiembre cuando lleguen las lluvias. Por eso necesitamos estar preparados y exigir a las dependencias correspondientes: Ecología y Medio Ambiente, Obras Públicas, Protección Civil, Coordinación de Arroyos y demás, se apresuren a retirar todo lo que obstruya el paso rápido del agua.

Desazolvar los arroyos es una actividad que ya debería estar terminada, así como la contratación de suficientes inspectores, que apliquen severas multas a todo aquel que deje de manera criminal basura en calles y terrenos baldíos; basura que contamina y afea el entorno y que tarde o temprano termina estancada en los arroyos provocando inundaciones. 

A principios de año la nueva administración gritó voz en cuello un proyecto; se comprometió con  firmeza a contratar profesionales que hicieran un estudio hidrológico de la ciudad, para de inmediato, sin importar costo, dar inicio a las obras. Han pasado casi tres meses y no dan ninguna información.

Rogamos a Dios su protección, sí, pero de repetirse esta contingencia la ciudadanía hace responsable por negligencia a las dependencias encargadas de evitarlo, incluyendo al alcalde, autoridad que deberá pagar en efectivo y de inmediato cada uno de los patrimonios que se vuelvan a perder, eso sin contar la impotencia, la desesperación y el riesgo de muerte a la que se nos expone.

Antonieta B. de De Hoyos.                 Marzo 22/14

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