sábado, 1 de marzo de 2014


A los comunicadores cristianos.

Hace unos días recibí por correo electrónico este mensaje que escribió el Papa Francisco, para leerlo en la 48º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el próximo 1º  de junio del presente año. Por lo extenso me vi obligada a sintetizarlo, cuidando de que no perdiera su esencia.   

Dice así: “El mundo en el que vivimos es cada vez más pequeño, por lo que deberíamos estar mas cerca los unos de los otros, sin embargo aun quedan en la humanidad divisiones muy marcadas: la escandalosa distancia entre el lujo de los más ricos y la miseria de los más pobres, y lo peor es que nos hemos acostumbrado tanto a ello, que ya no nos llama la atención la exclusión, marginación, pobreza, economía, política e ideologías, incluyendo las religiosas. Hoy en día, estos mismos medios de comunicación que tanto se censuran, son los que pueden hacer que nos sintamos más cerca los unos de los otros, al renovar el sentido de unidad en la familia humana y despertar  ese sentimiento que nos impulse a la solidaridad, al compromiso serio por una vida más digna para todos.

Para lograrlo necesitamos comunicar bien, conocernos mejor, unirnos, escucharnos y aprender unos de otros. En la cultura del encuentro, el internet ofrece mayores posibilidades de solidaridad y eso es bueno, es un Don de Dios. El problema es la rapidez con la que llega la información, y supera la capacidad de reflexión y juicio.   Exagerar en la conexión digital, puede aislarnos de nuestro prójimo más cercano y excluir a los que no tienen acceso a estos medios. Guardar silencio, escuchar, ser pacientes, permite que la otra persona se exprese. Dialogar es la oportunidad de mirar el mundo con ojos distintos, es la forma de apreciar las distintas manifestaciones en las diferentes  culturas y tradiciones, y de compartir los grandes valores del cristianismo, el matrimonio y la familia.

Cuando una comunicación solo induce al consumo o a la manipulación de las personas, se convierte en una comunicación agresiva. La red digital puede ser un lugar rico en humanidad, una red de personas humanas que necesitan amar  y ser amadas.  Las calles del mundo son el lugar donde la gente vive, entre estas calles se encuentran hombres y mujeres que buscan una salvación o una esperanza; gracias a las redes el mensaje cristiano puede viajar hasta los confines de la tierra.

 Seamos capaces de dar testimonio de una iglesia que sea la casa de todos, porque la comunicación es parte de la vocación misionera. Las redes sociales: permiten redescubrir la belleza de la fe, la belleza del encuentro con Cristo. No se trata de bombardear con mensajes religiosos, sino de ayudar a los demás en esa búsqueda de la verdad y el sentido de la vida…”   Papa Francisco.

Pertenecer hoy al mundo digital y poder trasmitir a los demás la belleza de Dios, es un privilegio que debemos aprovechar.                              Antonieta B. de De Hoyos      3/1/14

No hay comentarios: