La mujer y su poder en
el tercer milenio.
En el Tercer Milenio la
mujer se siente poderosa. Se ha empoderado y es consciente de toda su fuerza y
su talento. Por esa razón, se considera realizada a nivel personal y aprende a
encontrar el equilibrio entre su desarrollo profesional y su vida privada.
Busca la armonía y su propia satisfacción para alcanzar las metas que se
propone.
Es feliz al demostrar
su capacidad profesional y lograr la igualdad en el ámbito laboral. Se siente complacida
al dar lo mejor de sí misma y aunque ser profesional le exige demasiado, se
entrega por completo a su proyecto al mismo tiempo que ajusta y pacta, con su familia la tremenda
tarea que le representa su trabajo.
Escucha con atención las
historias y experiencias de otras mujeres, porque de esa manera su espíritu se
fortalece. Reconoce el poder que tiene a nivel individual y de grupo, por eso aprovecha
todas las oportunidades en las que puede manifestar ese empoderamiento femenino,
del que tanto se habla últimamente.
Otra característica
principal de la mujer actual, es que sin descuidar su entorno sabe preocuparse
por ella misma, se quiere y se valora por lo que és. De manera continua muestra
lo mejor de ella porque se siente plena y quiere que lo sepan los demás.
Está consciente que
para conseguir todo lo que se proponga, necesita cuidar de su salud y de su
bienestar. Su esfuerzo no conoce límites por eso, se introduce en las causas sociales
de la época que le ha tocado vivir y se compromete firmemente con ellas. Lucha a conciencia contra la desigualdad
laboral y la violencia machista, está al pendiente de cuanto problema se
presente en la sociedad, para apoyar en su solución.
Conoce y bastante bien,
de las situaciones extremas que sufren otras mujeres alrededor del mundo, tales
como: la trata de blancas, el abuso sexual infantil, el maltrato físico, los
feminicidios, la discriminación masculina y los diferentes tipos de esclavitud
que aún predominan. Pero no se acobarda y hace uso de cualquier plataforma para
obligar a escuchar su voz y disminuir estas injusticias.
Desafortunadamente este
innovador y extraordinario estilo de
vida femenino, lo disfruta solo un mínimo porcentaje, el resto al no cubrir las
expectativas se van muriendo en el camino, solas, en la pobreza, enfermas y
desalentadas.
En el primer mundo y en
los pueblos en vías de desarrollo, son terribles las tragedias en las que miles
de mujeres se involucran cuando de manera equivocada intentan ejercer sus
derechos y su libertad, incrementando así el número de víctimas.
Creo que falta mucho
para que todas en general disfrutemos de una vida en armonía, es imperante que “mamá
mujer” inculque dentro del hogar a los varones desde pequeños, los valores
éticos y principios religiosos, de otro
modo de nada servirá tanto esfuerzo.
La formación de damas está
en ciernes, pero apremian los caballeros.
Antonieta B. de De Hoyos. 3/ 6 /19
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