miércoles, 6 de marzo de 2019


La mujer y su poder en el tercer milenio. 
En el Tercer Milenio la mujer se siente poderosa. Se ha empoderado y es consciente de toda su fuerza y su talento. Por esa razón, se considera realizada a nivel personal y aprende a encontrar el equilibrio entre su desarrollo profesional y su vida privada. Busca la armonía y su propia satisfacción para alcanzar las metas que se propone.
Es feliz al demostrar su capacidad profesional y lograr la igualdad en el ámbito laboral. Se siente complacida al dar lo mejor de sí misma y aunque ser profesional le exige demasiado, se entrega por completo a su proyecto al mismo tiempo que  ajusta y pacta, con su familia la tremenda tarea que le representa su trabajo.
Escucha con atención las historias y experiencias de otras mujeres, porque de esa manera su espíritu se fortalece. Reconoce el poder que tiene a nivel individual y de grupo, por eso aprovecha todas las oportunidades en las que puede manifestar ese empoderamiento femenino, del que tanto se habla últimamente.
Otra característica principal de la mujer actual, es que sin descuidar su entorno sabe preocuparse por ella misma, se quiere y se valora por lo que és. De manera continua muestra lo mejor de ella porque se siente plena y quiere que lo sepan los demás.
Está consciente que para conseguir todo lo que se proponga, necesita cuidar de su salud y de su bienestar. Su esfuerzo no conoce límites por eso, se introduce en las causas sociales de la época que le ha tocado vivir y se compromete firmemente con ellas.       Lucha a conciencia contra la desigualdad laboral y la violencia machista, está al pendiente de cuanto problema se presente en la sociedad, para apoyar en su solución.
Conoce y bastante bien, de las situaciones extremas que sufren otras mujeres alrededor del mundo, tales como: la trata de blancas, el abuso sexual infantil, el maltrato físico, los feminicidios, la discriminación masculina y los diferentes tipos de esclavitud que aún predominan. Pero no se acobarda y hace uso de cualquier plataforma para obligar a escuchar su voz y disminuir estas injusticias.
Desafortunadamente este innovador y extraordinario  estilo de vida femenino, lo disfruta solo un mínimo porcentaje, el resto al no cubrir las expectativas se van muriendo en el camino, solas, en la pobreza, enfermas y desalentadas.
En el primer mundo y en los pueblos en vías de desarrollo, son terribles las tragedias en las que miles de mujeres se involucran cuando de manera equivocada intentan ejercer sus derechos y su libertad, incrementando así el número de víctimas.  
Creo que falta mucho para que todas en general disfrutemos de una vida en armonía, es imperante que “mamá mujer” inculque dentro del hogar a los varones desde pequeños, los valores éticos  y principios religiosos, de otro modo de nada servirá tanto esfuerzo.
La formación de damas está en ciernes, pero apremian los caballeros.      
Antonieta B. de De Hoyos.                         3/ 6 /19


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