viernes, 22 de junio de 2018


Que el fracaso no entorpezca tu futuro.
Fracasar no impide el éxito de hoy ni tampoco el de mañana. Hay personas que han fracasado y luego gracias a su constancia consiguen el éxito, mientras que otras después de lograr el éxito, se hunden en el fracaso. Por lo tanto ni el fracaso ni el éxito determinan el futuro, solo la fe, la voluntad y el talento.
Fracasar significa simplemente que a pesar de no haber logrado el éxito, sí se tuvo la oportunidad de aprender algo nuevo. Como dijo el inventor del pararrayos, “aprendí 99 veces como no se hacen, hasta que lo logré”.
Hay un alto porcentaje de adolescentes y jóvenes, que se quiebran ante el primer intento que hacen por encontrar el éxito. Desafortunadamente estamos en la era en el que todo se consigue rápido, hasta una taza de café en dos minutos está lista.
Por eso es urgente que los adultos maduros y mayores, hablemos a las generaciones jóvenes de todo lo que se tiene que pasar antes de obtener el éxito, pero sobre todo definirles con claridad lo que significa en esencia ser exitoso.
Creemos que los jóvenes están desalentados por las crisis económicas y de desempleo, pero yo en lo particular, pienso que los medios de comunicación influyen y mucho, en este desánimo generalizado, al ofrecerles una vida llena de diversión y lujos con un mínimo de esfuerzo.
La innovadora modalidad televisiva de presentar una especie de mini biografía de cantantes, actrices y actores famosos aún vigentes, en las que dejan al descubierto escenas explicitas de sexo, prostitución, alcoholismo y drogadicción, con el fin de provocar el morbo en el espectador y hacerla indispensable en lo cotidiano del hogar. Esto no es otra cosa que el resultado de un frívolo mercantilismo permitido por las autoridades, para familiarizar a los adolescentes y jóvenes con las adicciones y lo que es  peor, engañarlos al hacerles creer que estos vicios se superan con facilidad.
Hablemos a nuestros hijos de lo que tuvimos que vivir, para alcanzar nuestro pequeño o gran éxito, pero sobre todo de lo importante que es no darse por vencido.  
Lo principal es borrar de la mente que el fracaso sea por falta de capacidad, que tal si lo único que se necesita es descubrir los talentos que se poseen y usarlos al máximo. Ayudemos con nuestra experiencia a que esos espíritus jóvenes se llenen de fe, para que puedan sortear con alegría todos los obstáculos.
Pero, si la situación se presentara dificultosa, no estaría de más invocar la presencia divina, hacer un espacio de silencio y aceptar el error. El pasado ya pasó, el éxito está en el  futuro, no permitamos que un fracaso temporal nos conduzca a un estrés enfermizo  que dañe nuestro corazón.
Antonieta B. de De Hoyos                                 6/27/18

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