La teoría sueca del amor.
Por Antonieta B. de De Hoyos
1/28/17
El cineasta italo-sueco Erik Gandini en su película “La teoría sueca del amor” reconocida en
varios festivales internacionales, devela el verdadero secreto de la felicidad.
Imágenes en blanco y negro de uno de los países más ricos del planeta, que ya
en los años setenta había conseguido el bienestar económico deseado. Es una
autocrítica de la sociedad del bienestar, que Gandini maneja con un sentido del
humor muy especial, con un poco de cinismo y una narrativa no del todo
convencional, en la que afirma que “el dinero no hace la felicidad”
La teoría, propone despegarse de las estructuras familiares anticuadas
y buscar la independencia, “Había
llegado el momento de liberar a la mujer del hombre, liberar a la gente mayor
de sus hijos, liberar a los adolescentes de sus padres a través de un manifiesto;
la idea era que ningún adulto dependiera económicamente de ningún familiar,
cada individuo debe sentirse como un ente autónomo y no como un apéndice de su
cuidador, para lograrlo se crearon las condiciones económicas y sociales, solo
las relaciones auténticas permanecerían unidas”.
Uno de cada dos suecos vive solo, uno de cada cuatro suecos muere solo
y nadie reclama su cuerpo. El estímulo del ideal de independencia se inició con
un manifiesto político en 1972, (la
familia del futuro: una política socialista para la familia) y lo consiguió
pero no con los resultados esperados. La sociedad perdió el rumbo, las mujeres
acudieron a bancos de esperma para tener hijos, sin necesidad de mantener una
relación.
La soledad va a la alza, por eso ahora cada quien se ocupa de sí
mismos como si fuera el proyecto más importante del mundo. La gente pasa los
días frente a la computadora, haciendo transferencias entre sus propias
cuentas. Entonces ¿por qué si viven en la abundancia no son felices? Porque no
tienen a nadie que les abrace mientras lloran, solo poseen sus cuentas
bancarias y su independencia.
No es verdad que la felicidad radique en una vida llena de
comodidades, al contrario, cuando enfrentas retos y los superas, te llega la
felicidad porque has podido controlar lo que te ofrece el destino. En la
abundancia no hay retos y la ambición se acrecienta. Los suecos pueden estar
casados, vivir en pareja sin estarlo o estar juntos pero viviendo separados. En
este filme, se muestra el vacío de la vida, pero también la existencia de
grupos que se han ido a vivir a los bosques en comunidad, buscando la felicidad
que no les da la riqueza; además revela la cantidad de voluntarios que buscan a
personas desaparecidas todos los fines de semana y el elevado índice de
suicidios registrados.
Al formar una familia la vida adquiere sentido, los suecos han perdido
las habilidades que brinda la convivencia. Al final de esta rígida
independencia y la abundancia, no está la felicidad, está la insignificancia de
la vida y un aburrimiento inimaginable. Amemos, defendamos y conservemos unida
a la familia, porque por ellos vale la pena vivir.
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