jueves, 19 de enero de 2017

El gremio artístico debe manifestarse.
Por Antonieta B. de De Hoyos                                        1/21/17
Desde hace varias décadas la Secretaria de Gobernación, la que debe proteger los valores morales de la familia mexicana, brilla por su ausencia. Fue poco antes de finalizar el milenio que la sociedad empezó a sentir su permisividad. 
¿La causa? el enriquecimiento descomunal de los empresarios de medios de difusión masiva, que con su poderío económico empezaron a someterla a sus caprichos. 
Gota a gota, sin prisas, en estas novedosas trasmisiones que no respetan los horarios estipulados, se ha venido denigrando la esencia de la persona humana. Se comenzó con desnudar a la mujer, después al varón, hoy es requisito en ellas poseer un rostro bello y un cuerpo provocativo,y en ellos un rostro viril y musculatura, natural o moldeado por cirujanos.
A diario miles de jóvenes llegan a la capital deseosos de salir en la “Tele”, y es en esta burda competencia, cuando la empresa les obliga a aceptar cierta clase de personajes, aunque vaya en juego su dignidad.
Las escenas de sexo cada vez son más explicitas, imágenes que se graban en la mente de chicos y grandes, pobres y ricos, cultos y analfabetas, representaciones que con sutileza conducen al auditorio hacia la degradación moral. Las telenovelas han llegado al límite de lo permitido por los padres de familia..
En “La Candidata”, se denigra al género humano y se generaliza un total desprestigio a la vida privada y al trabajo de funcionarios públicos; presentan prostíbulos de lujo para entretenimiento de legisladores y gobernantes, mujeres y hombres pervertidos, asesinos, ladrones, cocainómanos, por si fuera poco, en este camino de vulgaridad el adulterio se incluye, pero ahora deshonrando a las esposas.
No me gusta esta telenovela, pero a veces mientras leo, levanto la vista y miro la pantalla, no sé si para mala suerte o para que yo pueda escribir estas líneas, pero lo que he visto es grotesco, denigrante, asqueroso para todos, pero en especial para el gremio artístico, esto no es arte, es vil pornografía (representación de actos sexuales para  estimular al  televidente) que libremente y sin respeto se introduce a nuestros hogares.
Creo que los partidos políticos, funcionarios públicos y la Asociación Nacional de actores y actrices “ANDA”, deben de protestar, porque seguro que entre ellos hay mucha gente conservadora, orgullosa de su trayectoria. Las mujeres que enarbolan grupos feministas también deben alzar la voz en contra de estas trasmisiones, ya que en ellas a nivel mundial, se mancilla la imagen de la mayoría de las mexicanas.

“La ley tiene derecho a prohibir todo acto que perjudique a la sociedad”encargados de gobernación por favor…!hagan su trabajo!

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