martes, 13 de septiembre de 2016

Mamá y sus acuerdos en el  tercer milenio.
Por Antonieta B. de De Hoyos             sept 17/16
Aunque ha pasado ya bastante tiempo, no he podido olvidar las reglas que inventé para  controlar las inquietudes y osadías de los hijos en sus diferentes etapas; ahora a la distancia, me parece que fueron un poco exageradas, pero algo dentro de mí me decía que al aplicarlas, los conducía por el mejor de los caminos.
Si en las décadas setentas y ochentas, educar, controlar el temperamento y moldear el carácter de un niño, un adolescente o un joven, eran una prueba de fuego, hoy que veo a mis nietos pasar por esas edades conflictivas, debo agradecer a Dios que no me haya tocado lidiar con avances tecnológicos como: celulares, tabletas, computadoras, internet y sus redes sociales, porque creo que habría claudicado a tan honrosa misión.
Hace unos días, mientras conversaba con Carmen, esposa de mi hijo Paul, salió a la plática lo difícil que es para ella, organizar a sus tres hijas en el manejo correcto de estos aparatos, fue entonces que me mostró un reglamento que tuvo que elaborar para que la armonía familiar permaneciera.
“Reglas para el uso del celular”
Regla #1º.- El celular y la tableta se dejarán cargando por la noche en la recámara principal, (la de papá y mamá).  De no obedecer,  se les retendrán.
Regla #2º.- No usarán el celular, ni la tableta, durante las horas de clase en la escuela. (Solo en caso de emergencia)
Regla #3º.- Entregarán el celular y la tableta a mamá al salir de la escuela. 
Regla #4º.- Si cumplen con sus tareas, tiempo de lectura y actividades deportivas; podrán usar el celular en casa por 30 minutos.
Regla #5º.- Por mal comportamiento el celular y la tableta se guardarán por un día.
Regla#6º.- Durante los días de escuela no se usará ningún aparato electrónico después de las 7.45 pm.
Regla #7º.- Un buen comportamiento en la semana permitirá el uso del celular y tableta los sábados, después de 30 minutos de lectura. 
Regla #8º.- Los domingos familiares no se permitirá el uso de celulares, ni tabletas.  

En pocas palabras, sintetizó el orden que debería imperar en la casa. Por supuesto que levantó protestas, pero al explicar cada uno de los motivos, sus hijas accedieron. Estos aparatos comunican de todo, verdades, mentiras y hasta obscenidades, por eso las madres deben estar muy alertas. Vivir en países del primer mundo, tiene sus ventajas y desventajas, sobre todo cuando se quiere formar una familia conservadora.  

Es agotador vigilar, saber con quién habla y lo que se habla; pero una mala compañía destruye lo aprendido en casa, buenos modales, valores éticos y religiosos. Restringirlos  por la noche es genial, al fomentar la lectura les amplía sus expectativas, los deportes son disciplina y salud. Cumplir con los compromisos escolares les conduce a la excelencia y al disfrutar en paz el domingo, fortifica a la familia. En este tercer milenio cuando la insulsa comunicación agobia, debemos ultra valorar los acuerdos de mamá.   

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