viernes, 15 de julio de 2016

Pensamiento Femenino. 
¿Es tu hijo una persona altamente sensible?
Por Antonieta B. de De Hoyos               julio/ 7 /16
De acuerdo con algunas investigaciones, desde la infancia los niños y niñas altamente sensibles, experimentan sentimientos de ansiedad, conflictos y mucha curiosidad, son muy observadores y captan emociones que los adultos no ven, por ejemplo: esa mirada de frustración de sus profesores, el dolor de mamá, la tensión nerviosa de papá, los problemas económicos, la enfermedad oculta de alguien de la familia.
Son seres tan especiales, que ven lo que otros ni se imaginan, esa sensibilidad les enseña a veces desde muy pequeños, que la vida es difícil y contradictoria; miran las realidades del mundo con demasiada claridad, pero sin la madurez necesaria para comprenderlas. 
El conocer sus propias emociones y las ajenas, les hace vulnerables, frágiles, más susceptibles a ser lastimados, y por si esto fuera poco se involucran con facilidad en el dolor de otros y en su forma negativa de ser.
Son creativos, les gusta la música, la lectura y estar en compañía, aunque  también son muy felices cuando están solos. Viven a través del corazón, del amor, de la amistad, gozan los  pequeños detalles que les ofrece la vida.
Como son exageradamente solidarios, corren el riesgo de caer en depresión por su tendencia a la tristeza. Sus preguntas, su intuición, su rechazo a la violencia, a los colores o luces fuertes, les caracterizan. “Los niños son así”, fue un libro que me impactó, cuando lo leí en la clase de Paidología infantil mientras cursaba mis estudios de educadora; en esas líneas comprendí lo frágiles que son durante sus primeros años y la gran responsabilidad que contrae el  adulto, cuando lo tiene a su cargo.
Dios no solo los creó pensando en perpetuar la especie, los consideró también como el medio ideal para sensibilizar a la Humanidad; tener a un niño cerca, aun y cuando presente alguna discapacidad, es un privilegio. Su alma y su mente son tan diáfanas que permiten el paso del amor, que Dios tiene reservado al mundo. La tarea de todos los niños, es difundir con su tierna mirada y angelical sonrisa, el bellísimo mensaje celestial.
Dicen que cuando un bebé te toma de su mano  jamás podrás soltarle, porque es Dios mismo quien te abraza. Grave responsabilidad tiene el adulto de protegerle y ofrecerle  el mejor de los futuros. Las nuevas leyes están corrompiendo las reglas divinas, Él creó solo dos géneros: el masculino y el femenino, dos seres diferentes para que al amarse se complementaran y procrearan; que uniendo virtudes y capacidades, esfuerzos y sacrificios, dieran forma a un ser íntegro que fuera feliz viviendo en armonía.               

Al elegir engendrar o adoptar, no debe pensarse en satisfacer caprichos, tampoco en ganar derechos, mucho menos imponer preferencias; lo obligado es hacer un profundo examen de conciencia, reconocerse como persona virtuosa y doblar la rodilla ante Dios. 

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