Pensamiento Femenino.
¿Es tu
hijo una persona altamente sensible?
Por Antonieta B. de De Hoyos
julio/ 7 /16
De acuerdo con algunas investigaciones, desde la infancia los niños y
niñas altamente sensibles, experimentan sentimientos de ansiedad, conflictos y
mucha curiosidad, son muy observadores y captan emociones que los adultos no
ven, por ejemplo: esa mirada de frustración de sus profesores, el dolor de
mamá, la tensión nerviosa de papá, los problemas económicos, la enfermedad
oculta de alguien de la familia.
Son seres tan especiales, que ven lo que otros ni se imaginan, esa
sensibilidad les enseña a veces desde muy pequeños, que la vida es difícil y
contradictoria; miran las realidades del mundo con demasiada claridad, pero sin
la madurez necesaria para comprenderlas.
El conocer sus propias emociones y las ajenas, les hace vulnerables,
frágiles, más susceptibles a ser lastimados, y por si esto fuera poco se
involucran con facilidad en el dolor de otros y en su forma negativa de ser.
Son creativos, les gusta la música, la lectura y estar en compañía,
aunque también son muy felices cuando
están solos. Viven a través del corazón, del amor, de la amistad, gozan
los pequeños detalles que les ofrece la
vida.
Como son exageradamente solidarios, corren el riesgo de caer en
depresión por su tendencia a la tristeza. Sus preguntas, su intuición, su
rechazo a la violencia, a los colores o luces fuertes, les caracterizan. “Los niños son así”, fue un libro que me
impactó, cuando lo leí en la clase de Paidología infantil mientras cursaba mis
estudios de educadora; en esas líneas comprendí lo frágiles que son durante sus
primeros años y la gran responsabilidad que contrae el adulto, cuando lo tiene a su cargo.
Dios no solo los creó pensando en perpetuar la especie, los consideró
también como el medio ideal para sensibilizar a la Humanidad; tener a un niño
cerca, aun y cuando presente alguna discapacidad, es un privilegio. Su alma y
su mente son tan diáfanas que permiten el paso del amor, que Dios tiene
reservado al mundo. La tarea de todos los niños, es difundir con su tierna
mirada y angelical sonrisa, el bellísimo mensaje celestial.
Dicen que cuando un bebé te toma de su mano jamás podrás soltarle, porque es Dios mismo
quien te abraza. Grave responsabilidad tiene el adulto de protegerle y
ofrecerle el mejor de los futuros. Las
nuevas leyes están corrompiendo las reglas divinas, Él creó solo dos géneros:
el masculino y el femenino, dos seres diferentes para que al amarse se
complementaran y procrearan; que uniendo virtudes y capacidades, esfuerzos y
sacrificios, dieran forma a un ser íntegro que fuera feliz viviendo en armonía.
Al elegir engendrar o adoptar, no debe pensarse en satisfacer
caprichos, tampoco en ganar derechos, mucho menos imponer preferencias; lo
obligado es hacer un profundo examen de conciencia, reconocerse como persona
virtuosa y doblar la rodilla ante Dios.
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