Autoconstrucción: de Jorge
Riechmann.
Después de leerlo, me
pareció interesante citar algunos
párrafos de “Autoconstrucción” de Jorge Riechmann, Profesor titular de
Filosofía Moral en la Universidad Autónoma de Madrid, traductor, poeta,
ensayista, miembro de Ecologistas en Acción y también desde hace poco del
Consejo Ciudadano de Podemos. El dice que el siglo XXI, es el tiempo de la gran
prueba, la era de los límites, que nos estamos consumiendo el planeta como si
no hubiera un mañana, que hace falta renovar las estructurales profundas pero
sobre todo dejar de pensar que será la generación de nuestros nietos la que lo
recupere, porque ya estamos en tiempo de descuento.
¿Podemos aun salvar el
planeta? Solo si despertamos a la lucha ecologista que nos acerque a sociedades
de sobriedad, de freno a los excesos en la compra de propiedades y de productos
de consumo. Aclara que el positivismo actual, ha fabricado una cortina de humo
que no deja ver la realidad y que conduce a juzgar a los ecologistas como aves
de mal agüero, dispuestos a echar a perder la gran fiesta mundana en la que
muchos siguen divirtiéndose, a costa de mayorías cada vez más empobrecidas e
indefensas.
El autor presenta dos
opciones político-morales; una que desea un mundo de amos y esclavos y otra que
lucha por la igualdad. El cambio climático que vivimos vaticina a futuro
próximo, un ambiente cuatro grados centígrados más cálido, pero los optimistas insisten
en restar importancia a este hecho, para favorecer los intereses de grandes
grupos empresariales que contaminan con sus gases de efecto invernadero y apoyan
prácticas como el fracking, en lugar de invertir en energías renovables. Las
capas de hielo ártico desaparecen, la contaminación afecta el proceso de la
fotosíntesis, las abejas se ven amenazadas y nosotros…, seguimos pensando que la
tecnología solucionará todo. Los habitantes del primer mundo del siglo XXI, ya
no volveremos a la normalidad de antes de la amenaza ecológica; hay que cambiar
de métodos y de estructuras gubernamentales para seguir viviendo bien, incluso
mejor pero con otras medidas.
Lo esencial es un
cambio de conciencia, de valores, de usos y costumbres. El síntoma es el calentamiento
climático, pero la enfermedad es el capitalismo. La economía es un invento del
hombre que puede reformarse, lo primordial es lograr que la gente cambie su comportamiento.
Los consumidores rebeldes, los movimientos sociales, los ecologistas espontáneos, son la base de la
nueva sociedad; pero de nada sirven si no nos acostumbramos a vivir de otra
manera. Existe mucho palabreo, demasiada publicidad verde, propaganda con imágenes,
lemas, contenidos; prácticas que desvirtúan la finalidad de la ecología. Los
medios de difusión masiva deben ser
veraces, la ética debe imperar en su información y con valor quitarse el yugo de
los grupos macroeconómicos.
“Nos pierde la codicia
de los menos, la cobardía de los más, la irresponsabilidad de todos, a pesar de
saber que donde termina el reino de la mercancía, comienza la vida…”Riechmann.
Antonieta B. de De
Hoyos mayo/9 /15
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