viernes, 22 de mayo de 2015



 Los laboratorios farmacéuticos, hoy son un peligro.

“El TDAH, Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, es un diagnóstico que carece de entidad clínica, y la medicación lejos de ser propiamente un tratamiento es en realidad un dopaje”, afirma esto Marino Pérez especialista en Psicología Clínica y catedrático de Psicopatología y Técnicas de Intervención, en la Universidad de Oviedo, España.
Coautor junto con Fernando García de Vinuesa y Héctor González Pardo, del libro “Volviendo a la normalidad” en el que desmitifican de forma demoledora y con todo tipo de referencias bibliográficas, este trastorno y el Trastorno Bipolar infantil; aunque lo más preocupante a juicio de ellos, es la tendencia a diagnosticar y medicar los problemas normales de la infancia.

Gardasil: vacuna del papiloma humano. Miles de niñas en edad escolar fueron víctimas obligadas de estas multinacionales farmacéuticas y diagnosticadas, con problemas psicológicos y psiquiátricos, a los que se les atribuye el origen de otras enfermedades. Esta vacuna no protege contra el cáncer y fue a través del miedo como se vendió a muchos países, incluido México. Las complicaciones solo en el internet se denuncian, los demás medios son acallados $$.

Esta vez menciono solo dos de las muchas enfermedades, que a diario nos presenta la publicidad a través de los diferentes medios de comunicación. En las últimas décadas la mente del espectador ha estado recibiendo demasiada información de síntomas que destruyen el organismo, videos que descontrolan y paralizan, al grado de que ahora el más mínimo dolor conduce al quirófano, ultrasonido, rayos X, tratamientos y consultas médicas costosas.

El temible dúo laboratorio-médico, yo lo detecté hace casi diez años, cuando un renombrado especialista dictaminó grave problema en mi salud; como no quedé conforme busqué otra opinión. Con los mismos exámenes vueltos a realizar, el segundo médico suspendió el medicamento y me absolvió de todo mal. Recuerdo que me sentí feliz, recuperé mi alma, pero no la pequeña fortuna que invertí en ambos.

Con esa experiencia y con lo que me informo, decidí usar homeopatía y naturismo hasta donde es prudente, al cabo que si no me sanan no me matan, ni me dejan en la pobreza. Mi desconfianza creció ante la actitud poco ética de algunos médicos (no generalizo), que en varias ocasiones cambiaron mi receta de acuerdo a las promociones de los agentes de ventas que los visitaban. Lamentablemente los botiquines están llenos de pastillas, jarabes y ungüentos que los laboratorios exigen renovar.

En esta época nos enfermamos por sugestión, todos los días tenemos que comprar medicinas, las clínicas no se dan a basto, estamos en shock, el planeta se muere y nosotros con él, la voracidad de las multinacionales farmacéuticas no tiene límite, son el negocio del milenio. El cuerpo humano está diseñado para subsistir ya lo dijo Hipócrates, lo preciso es cuidarlo, llevar una alimentación sana y una vida como Dios manda, porque lo que tememos nos guste o no, llegará a su tiempo.

 Antonieta B. de De Hoyos.                                              Mayo/23/15

 

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