Los
laboratorios farmacéuticos, hoy son un peligro.
“El
TDAH, Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, es un
diagnóstico que carece de entidad clínica, y la medicación lejos de ser
propiamente un tratamiento es en realidad un dopaje”, afirma esto Marino Pérez
especialista en Psicología Clínica y catedrático de Psicopatología y Técnicas
de Intervención, en la Universidad de Oviedo, España.
Coautor junto con Fernando García de Vinuesa y Héctor González Pardo, del libro “Volviendo a la normalidad” en el que desmitifican de forma demoledora y con todo tipo de referencias bibliográficas, este trastorno y el Trastorno Bipolar infantil; aunque lo más preocupante a juicio de ellos, es la tendencia a diagnosticar y medicar los problemas normales de la infancia.
Coautor junto con Fernando García de Vinuesa y Héctor González Pardo, del libro “Volviendo a la normalidad” en el que desmitifican de forma demoledora y con todo tipo de referencias bibliográficas, este trastorno y el Trastorno Bipolar infantil; aunque lo más preocupante a juicio de ellos, es la tendencia a diagnosticar y medicar los problemas normales de la infancia.
Gardasil:
vacuna del papiloma humano. Miles de niñas en edad escolar fueron víctimas
obligadas de estas multinacionales farmacéuticas y diagnosticadas, con
problemas psicológicos y psiquiátricos, a los que se les atribuye el origen de
otras enfermedades. Esta vacuna no protege contra el cáncer y fue a través del
miedo como se vendió a muchos países, incluido México. Las complicaciones solo
en el internet se denuncian, los demás medios son acallados $$.
Esta
vez menciono solo dos de las muchas enfermedades, que a diario nos presenta la
publicidad a través de los diferentes medios de comunicación. En las últimas
décadas la mente del espectador ha estado recibiendo demasiada información de
síntomas que destruyen el organismo, videos que descontrolan y paralizan, al
grado de que ahora el más mínimo dolor conduce al quirófano, ultrasonido, rayos
X, tratamientos y consultas médicas costosas.
El
temible dúo laboratorio-médico, yo lo detecté hace casi diez años, cuando un
renombrado especialista dictaminó grave problema en mi salud; como no quedé
conforme busqué otra opinión. Con los mismos exámenes vueltos a realizar, el
segundo médico suspendió el medicamento y me absolvió de todo mal. Recuerdo que
me sentí feliz, recuperé mi alma, pero no la pequeña fortuna que invertí en
ambos.
Con
esa experiencia y con lo que me informo, decidí usar homeopatía y naturismo
hasta donde es prudente, al cabo que si no me sanan no me matan, ni me dejan en
la pobreza. Mi desconfianza creció ante la actitud poco ética de algunos
médicos (no generalizo), que en varias ocasiones cambiaron mi receta de acuerdo
a las promociones de los agentes de ventas que los visitaban. Lamentablemente
los botiquines están llenos de pastillas, jarabes y ungüentos que los
laboratorios exigen renovar.
En
esta época nos enfermamos por sugestión, todos los días tenemos que comprar
medicinas, las clínicas no se dan a basto, estamos en shock, el planeta se
muere y nosotros con él, la voracidad de las multinacionales farmacéuticas no
tiene límite, son el negocio del milenio. El cuerpo humano está diseñado para
subsistir ya lo dijo Hipócrates, lo preciso es cuidarlo, llevar una
alimentación sana y una vida como Dios manda, porque lo que tememos nos guste o
no, llegará a su tiempo.
Antonieta B. de De Hoyos. Mayo/23/15
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