martes, 11 de diciembre de 2012


Nosotros podemos, si nos dicen cómo.

Sé que no es correcto hacer comparaciones, pero hay ocasiones en que estas resultan ilustrativas y formativas, sobre todo cuando las vemos por el lado amable. Afirmo lo anterior porque después de  pasar casi dos semanas de vacaciones en el Condado de Orange en el sur de California U.S.A. de manera específica, en Tustin Ranch Rd. donde radica mi hijo con su familia, no pude dejar de hacer la comparación entre el estilo de vida en los países del primer mundo y la de los que están en vías de desarrollo, como el nuestro.

La tecnología y la ciencia, pero sobre todo la educación de las masas en lo que respecta a las relaciones humanas y de convivencia en aquellas tierras, es una prioridad. Las avenidas y sus amplias carreteras, cumplen todos los requisitos de señalamiento y ubicación para el automovilista, por eso, cuando un agente de la policía aplica una infracción, es porque se incumplió una norma que debió haber aprendido el conductor al momento de aprobar su examen para obtener la licencia, ¿qué les parece una multa de cuatrocientos dólares, por dar vuelta donde no se permite?

Todo este  condado es bello, no hay un espacio donde no haya árboles, palmeras, verdes arbustos y césped, vegetación  que se mantiene gracias a un sistema de riego municipal automatizado y un vasto personal de jardineros que siembran y conservan. Sus calles y avenidas poseen un magnifico alumbrado, además las zonas residenciales tienen un servicio de recolección de basura que recoge una sola vez por semana, en tres diferentes horarios y camiones los tres contenedores, (basura orgánica, inorgánica y reciclable), en forma automática.

También tiene varios parques recreativos con juegos infantiles y asadores de carne para el uso de los adultos. Todos están en perfectas condiciones y completamente limpios. Jamás se escucha un chirriar de llantas o toque de claxon, no pasan camiones de carga, no hay autobuses urbanos, solo el escolar, de la única escuela primaria y secundaria que existe. La vida ahí es tranquila, los vecinos se acuestan temprano porque se levantan muy temprano, algunos salen de su casa a las cuatro de la mañana para llegar a tiempo a su trabajo. En esa zona los impuestos que se pagan son elevados, pero la calidad de vida también.

De regreso me tocó volar sobre San Antonio Texas de día, y pude ver lo hermosa que es y la enorme cantidad de arboles que tiene dentro y fuera de las casas, las avenidas resaltan de entre tanta vegetación; creo que esa es la principal razón por la que llueve tanto en esos lugares, en Tustin también. Pero qué tristeza me dio, que al llegar me entero de que  en nuestra ciudad se siguen cortando arboles a destajo ante la total indiferencia de los encargados de medio ambiente. Estoy segura de que si nuestras autoridades se propusieran y nos enseñaran a vivir mejor, todos estaríamos de acuerdo en colaborar haciendo un mayor esfuerzo.

Pero, ¿con cuál novedad  me encontré? … una pista de hielo y una villita de navidad.

  Antonieta B. de De Hoyos                                             Dic. 5/12

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