miércoles, 20 de febrero de 2019


Hijos y nietos saludables…vejez en compañía.
El problema del sobrepeso y la obesidad infantil ha aumentado en los últimos años, hecho propiciado por los padres que premian a sus hijos con comida  chatarra. Conducta  inaceptable en la actualidad porque gracias a las campañas realizadas a través de los medios de comunicación, la ignorancia ha disminuido en la comunidad.   
Lo que de verdad apremia es provocar los cambios alimenticios en los hogares y para ello tenemos la fortuna de contar con la pirámide nutricional, tan recomendada por médicos y pediatras.   
Es realmente triste, pero el mal radica en la pasividad de los padres y adultos que rodean a los infantes, porque ellos si saben que el sobrepeso acarrea terribles consecuencias tales como la diabetes infantil y juvenil, que los obliga después a llevar una vida llena de sacrificios.
Cuando los menores con sobrepeso se convierten en adultos obesos, su calidad de vida se  deteriora, pronto llegan los problemas cardiovasculares, respiratorios, inflamatorios, hipertensión arterial o patologías osteo-articulares.
El gran pretexto de los adultos desobligados siempre ha sido el excesivo trabajo, las prisas, los compromisos y la pérdida de tiempo en diversiones. Lo bueno es que existen millones de personas adultas, que sí se comprometen y protegen a sus niños dándoles una sana alimentación.
Lo más recomendable es organizar un refrigerador y una despensa libre de chatarra y refrescos azucarados. También se puede colocar un platón en el centro de la mesa con frutas y verduras, conozco niños que disfrutan comiendo a mordidas un pimiento morrón, cilantro, pepinos con cáscara, manzanas, limones, zanahorias, etc.  
Lo principal será descartar todos los alimentos envasados y enlatados, a la vez que se inicia a los niños en la costumbre de raciones pequeñas, porque comer menos es la clave.
Es indispensable educar en el buen comer, sin prisas y en familia, teniendo en cuenta que nunca debe emplearse la fuerza, ni los castigos. Ésta es una labor de convencimiento hacia la importancia de una vida futura sana. No olvidemos dar el ejemplo es la clave del éxito.    
El aceite de oliva, pescado, legumbres, cereales, lácteos, huevos, frutas, verduras, yogur y frutos secos, podrían catalogarse como alimentos caros, pero usándolos con moderación  y sin desperdicio dan magníficos resultados. Desayunar, comer y cenar o merendar con sobriedad, incluyendo frutas y verduras sin llegar al hartazgo, evita el deseo de picotear chatarra entre horas y aleja de inmediato a la obesidad.  
Antes las abuelas eran felices cuando el recién nacido era rollizo, criatura que al empezar a gatear y caminar adelgazaba sin debilitarse, gracias a la sana alimentación que recibía. Hoy los bebes nacen delgados pero para su infortunio su desarrollo se basa en alimentos saturados de conservadores, grasas, sal, azúcares, y se ejercitan poco lo que les pronostica un  futuro complicado. El tiempo vuela y si queremos una vejez en compañía, será mejor que cuidemos la salud de nuestros niños, es la única forma de que podamos más adelante disfrutar a los anhelados nietos.    
Antonieta B. de De Hoyos.                                  2/20 /19

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